A pesar de los desarrollos tecnológicos, más de 4.7 por ciento de la población se encuentra en el analfabetismo, situación que representa un reto para mejorar la calidad de vida de la población y empoderar a las personas.
Andrés García Coca, investigador del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), resaltó que la alfabetización es un acto de dignidad y de derecho humano que se traduce en libertad.
“La alfabetización es un proceso fundamental para la vida humana y para el desarrollo de las personas; y su efecto es volver al ser humano libre”, expresó el especialista en procesos de enseñanza.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el estado de Puebla, siete por ciento de la población, es decir, más de 463 mil personas son analfabetas; lo que significa que carecen de las habilidades para leer y escribir.
En el país, de los 128 mil millones de habitantes mexicanos, 93 millones 985 mil 354 habitantes tienen 15 años y más, de los cuales 4 millones 456 mil no saben leer ni escribir, lo que representa que 4.7 por ciento de la población mexicana es analfabetas.
El investigador destacó que, a pesar de los logros que se han alcanzado en materia de alfabetización y a 42 años de la fundación del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), faltan personas por aprender a leer y escribir.
“Lo que observamos es que el Instituto Estatal y el Instituto Nacional tienen una gran tarea para reducir este 4.7. Desde hace 100 años a la fecha son los mismos estados de la República Mexicana los más lacerados por la alfabetización, encontrando entre ellos a: Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Guerrero, y Veracruz”, apuntó.
García Coca llamó a establecer a la alfabetización como asunto prioritario, ya que es parte de las necesidades del ser humano, porque los empodera, mejora su vida al ampliar sus capacidades intelectuales y laborales, reduce la pobreza y aumenta la participación en el mercado laboral, además de que tiene efectos positivos en la salud y el desarrollo sostenible.
“Las mujeres empoderadas por la alfabetización, provocan un efecto dominó positivo en la familia, ya que tiene repercusión inmediata en la salud y la educación de sus familias y, en particular, en la educación de sus hijos”, resaltó el especialista.
Ante el analfabetismo, se presenta el reto de establecer políticas educativas de Estado y no de Gobierno para apoyar a las personas a aprender a leer y a escribir; además, es necesario desplegar acciones que ayuden a la alfabetización de los adultos.
“Se debe dominar la lecto-escritura para transformar la vida personal y para ser un adulto competente. Se recomienda que el adulto sea promotor de su propio aprendizaje; y se debe vincular la alfabetización y la educación de adultos con otras instituciones, ahí donde están ocurriendo procesos laborales vinculados a la diversidad de proyectos productivos de salud y de combate a la pobreza”, finalizó el investigador de la universidad poblana.