El 19 de octubre es el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama, una fecha para que todas las mujeres reflexionemos acerca de cómo esta enfermedad nos ha arrebatado la vida de nuestra madre, amiga, prima, tía o hermana; hagamos conciencia y antes de dar al prójimo hemos de aprender a darnos a nosotras mismas; recordemos que, el cáncer de mama, si es detectado a tiempo, se puede erradicar.
En este artículo te platicamos sobre los factores de riesgo que debes tomar en cuenta y los alimentos que podrían ayudar a prevenir la aparición de cáncer.
FACTORES DE RIESGO
Existen varios factores determinantes y se dividen en cuatro tipos: los factores que no se pueden cambiar, los que sí, los factores inciertos y, por último, el factor ambiental.
Factores que no se pueden cambiar: edad, sexo, raza, factores hereditarios (genéticos y familiares), enfermedades benignas de la mama y factores hormonales endógenos.
Factores que sí se pueden cambiar: tratamientos hormonales, descendencia, dieta y ejercicio físico.
Factores inciertos (no existe evidencia científica): tabaco, cafeína, polución ambiental, implantes en las mamas, desodorantes antitranspirantes, ingesta prolongada de antiinflamatorios, golpes en las mamas, tamaño del pecho, etc.
Factor ambiental: que está relacionado con una mayor incidencia de cáncer de mama entre las mujeres expuestas a radiaciones ionizantes.
¿CÓMO PREVENIR EL CÁNCER DE MAMA?
Realiza ejercicio físico de forma regular (mínimo 4 horas a la semana), ya sea que salgas a correr, caminar o vayas al gimnasio.
Aliméntate de manera saludable para evitar el sobrepeso, procurando llevar una dieta equilibrada.
Tener especial cuidado con el sobrepeso tras la menopausia.
Reducir el consumo regular de alcohol.
Realízarte chequeos cada año (especialmente a partir de los 40 años).
ALIMENTOS PARA PREVENIR EL CÁNCER DE MAMA
Estos son los ingredientes y alimentos que deberías incorporar a tu dieta para reducir el riesgo de generar tumores en el pecho:
Aceite de oliva: la ingesta diaria se recomienda que sea como máximo de 4 cucharadas soperas, ya que contiene un alto nivel calórico; lo mejor es que lo compres extra virgen, pues si es refinado puede perder los fenoles, los cuales son considerados como potentes antioxidantes.
Brócoli: es rico en sulforafano que acelera la eliminación de sustancias tóxicas del organismo, por lo que ocasiona que las células cancerosas se “suiciden”. Además contiene otros componentes que pueden detener la proliferación celular en las etapas iniciales de cáncer de mama. Consumir 5 o más raciones a la semana puede reducir a la mitad el riesgo de este tipo de tumor.
Cúrcuma: especia que compone el curry; tiene una poderosa acción antiinflamatoria, lo que puede ayudar a prevenir el cáncer. Tengamos en cuenta que los procesos inflamatorios favorecen que las células malignas proliferen. Gracias a los curcuminoides que contiene es antitrombótica (fluidifica la sangre y evita la formación de trombos) y antioxidante.
Frutos secos: son ricos en ácido fólico y vitamina B6; además de acuerdo a lo que publicó el «Journal of the National Cancer Institute», una dieta rica en estos nutrientes reduce las probabilidades de desarrollar cáncer de mama, sobre todo después de la menopausia. Si nos referimos concretamente a las nueces, hay una investigación de la Universidad Marshall (EE. UU.) que afirma que tomar un puñado (25 g) al día podría reducir significativamente la tasa de incidencia del cáncer de mama; además, se ha demostrado que su alto contenido en ácidos grasos omega 3, antioxidantes y fitoesteroles puede ralentizar el crecimiento del cáncer.
Granada: es un potente antioxidante que protege a las células del daño de los radicales libres y, en general, los frutos rojos poseen ácido elágico, que contribuye a impedir la proliferación de células tumorales estrógeno-dependientes.
Legumbres: tienen un alto aporte en fibra, además su consumo reduce la absorción intestinal de la glucosa y evita los picos de azúcar en la sangre. Esto es muy importante para prevenir el cáncer de mama, ya que cuando sube el nivel de glucosa en sangre se produce más insulina y esta estimula directamente el ovario, haciendo que fabrique más estrógenos y, como es bien sabido, un nivel de estrógenos elevado aumenta el riesgo de cáncer de mama.
Manzana: de acuerdo a lo que señala el Instituto Mario Negri de Milán (Italia), comer una manzana al día reduce un 18% la probabilidad de desarrollar cáncer de mama gracias a sus polifenoles. La manzana roja es la más rica en estas sustancias y se recomienda lavarla bien y comerla con piel, ya que es donde se concentran la mayor parte de los polifenoles.
Yogurth: así como otras leches fermentadas son alimentos ricos en probióticos, que activan el sistema inmunitario y ejercen un efecto protector, que ayudan a relentizar la proliferación de células tumorales; además aporta vitamina D, cuyo déficit se ha demostrado que puede aumentar el riesgo de varios tipos de cáncer, entre ellos el de mama. Si lo vas a tomar procura que sea desnatado.
Un estudio de la Universidad de Harvard (EE. UU.) demostró que una dieta rica en fibra, sobre todo desde la juventud, puede prevenir este tumor. Se calcula que por cada 10 g de fibra consumidos al día reduces un 7% el riesgo de cáncer de mama. Es decir, que si tomas la cantidad diaria recomendada de fibra, 30-40 g, las probabilidades son un 21-28% más bajas.
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