sábado, abril 20, 2024
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A pesar de su sordera fue uno de los grandes músicos de la historia, Ludwing van Beethoven

Desde muy joven se hizo cargo de sus hermanos.

Hoy hablaremos de uno de los más grades compositores de todos los tiempos, se cree que nació un 16 de diciembre de 1770 en Bonn, Alemania, el es Ludwing van Beethoven. Actualmente no hay un documento que nos diga el día exacto en que nació, pero sí se cuenta con su Acta de Bautismo, la cual nos dice que fue bautizado el 17 de Diciembre de 1770. En ese tiempo se bautizaba a los recién nacidos el día después de su nacimiento. Por lo que podemos asumir que su cumpleaños es el 16.Su papá se llamaba Johann van Beethoven, era músico (igual que el abuelo del pequeño Ludwig, del mismo nombre) y tenor de la corte. Su mamá, María Magdalena Keverich, era la hija del cocinero en jefe de la corte del Arzobispo de Trier.

Johann y María Magdalena se casan en 1767. Tuvieron 7 hijos, siendo Ludwig el segundo. De los 7, solo sobrevivieron 3 a la edad adulta y Beethoven fue el mayor. El pequeño Ludwig tuvo una infancia dura y triste. Aunque su madre le quería muchísimo, su padre no lo trataba nada bien. Su madre ha sido siempre descripta como una mujer dulce, modesta y pensativa. Beethoven hablaba de ella llamándola su «mejor amiga». Johann padre, alcohólico, quería que Beethoven fuera un clon de Mozart: un niño prodigio famoso. Así que le obligaba violentamente a practicar horas tras horas para que pudiera convertirse en «el nuevo Mozart», cosa que no sucedió.

Se cree que el padre de Beethoven quedó impresionado por las habilidades de Mozart y quiso que su hijo fuera un nuevo niño prodigio. Le enseñó piano, órgano y clarinete. Con tan solo siete años, ofreció su primer concierto público en Colonia. Esto fue el 26 de Marzo de 1778. Su padre anunció que tenía 6 años, para hacerlo ver como más precoz. Por esto, Beethoven siempre pensó que era más joven de lo que era en realidad. Inclusive mucho mas tarde, cuando recibió una copia de su certificado de bautismo, el pensó que pertenecía a su hermano Ludwig Maria, que había nacido dos años antes que el, y que había muerto a los pocos días de nacido.

Por otra parte, en la escuela tampoco le iba bien. Sacaba malas notas y los demás niños constantemente le molestaban. Con 10 años, el pequeño Beethoven decide dejar la escuela para enfocarse enteramente a la música. Su abuelo, que también se llamaba Ludwig, fue un músico respetado de la corte. Murió de alcoholismo cuando el pequeño Beethoven tenía 3 años. Es curioso, por que Beethoven siempre llevó consigo una pintura de su abuelo a donde viviera y le admiraba mucho. Su primer profesor de música fue su padre, quien le enseñó a tocar el teclado. Tuvo otro profesor, Franz Ries, quien le enseñó violín. Sin embargo, el profesor que más influyó en esta etapa de su vida, fue el compositor Christian Gottlob Neefe. Con él, Beethoven aprendió a tocar el órgano y composición y conoció la obra de J.S. Bach y su «El clave bien temperado».

Con solo 11 años, en 1782, Ludwig van Beethoven estrenó su primera composición: Nueve variaciones sobre una marcha de Ernst Christoph Dressler. Mas tarde en 1783, Neefe escribió en la «Revista de Música», acerca de su talentoso alumno: «Si continua de esta manera, será sin duda, el nuevo Mozart» De él se decía que podría ser el próximo Mozart. Gracias a su maestro, Neefe, el joven Beethoven fue contratado en la corte del príncipe de Colonia. En este puesto tuvo la oportunidad de aprender de los mejores y de codearse con la élite alemana. De cualquier modo, los talentos musicales y pedagógicos de Johann eran limitados y hubo que buscar otros instructores. Ludwig aprendía rápidamente, especialmente órgano y composición guiado por músicos experimentados como Gottlob Neefe. Neefe fue muy importante para la instrucción de Beethoven. Reconoció el nivel excepcional del genio de Beethoven inmediatamente. Fue una influencia grande para el joven ya que tanto como transmitirle conocimientos musicales, el hizo conocer al joven Beethoven las obras de los mas importantes pensadores, antiguos y contemporáneos.

Poco después, Beethoven comienza a trabajar para Neefe como su ayudante. Esto le abre muchas puertas, y le permite prepararse como sucesor organista de la capilla del Elector y músico de la corte. Beethoven tenía catorce años.Así, el joven Beethoven y sus dos hermanos pequeños comienzan a depender cada vez menos de su padre alcohólico y Ludwig se hace cargo de la crianza de sus hermanos. Ludwig tomó las riendas de la familia y se convirtió en el principal sustento económico de sus dos hermanos pequeños. Alrededor de 1787, Beethoven partió hacia Viena en busca de nuevas oportunidades, respaldado por su mecenas, el conde von Waldstein. La leyenda cuenta que, durante este primer viaje a Viena, tuvo lugar un fugaz encuentro entre Mozart y Beethoven. Según la creencia popular, Mozart advirtió del increíble talento del alemán, aunque no hay documentos que lo afirmen.

En Junio de 1784, por recomendación de Neefe, Ludwig es contratado como músico en la corte de Maximilian Franz, Elector de Colonia. Este puesto le permitió frecuentar la música de los viejos maestros en la orquesta. También esto le permitió la entrada en nuevos círculos sociales. En estos conoció gente que iba a convertirse en amigos por el resto de su vida. La familia Ries, los von Breuning con la encantadora Eleonora, Karl Amenda, el violinista; también a Franz Gerhard Wegeler, un doctor y muy querido amigo de Beethoven que también viajo luego a Viena, etc. En la casa de los von Breuning, el joven Beethoven conoció a los clásicos y a aprendió a amar la poesía y la literatura.

El Príncipe Maximilian Franz estaba conciente del talento de Beethoven, y por lo mismo, en 1787 lo envió a Viena a estudiar con Mozart y proseguir su educación. Viena era entonces el faro cultural y musical de Europa.En relación al encuentro entre Mozart y el joven Beethoven, solo existen textos de disputable autenticidad. De cualquier modo la leyenda dice que Mozart habría dicho: «Recuerden su nombre, ya que este joven hará hablar al mundo!».Pero su madre enfermo gravemente, y en una carta su padre le pidió que regresara inmediatamente. Su madre, la única persona hasta entonces, con la que Ludwig había desarrollado una profunda relación de amor, murió finalmente de tuberculosis el 17 de Julio de 1787.Su padre, entró en una profunda depresión y cayó en el alcoholismo. Además, diferentes episodios hicieron que acabara en prisión. Durante cinco años, dio clases de piano y tocó en una orquesta en Bonn. En 1792, falleció su padre y volvió a viajar a Viena.

A partir de esto y poco a poco, Ludwig comenzó a reemplazar a su padre en el hogar. Primeramente en lo económico, ya que Johann, a partir de la muerte de su esposa, se fue deteriorando personalmente, entró en depresión y se hizo más y más dependiente del alcohol. De esta forma tanto su rol de padre, como su trabajo en la corte fueron mermando. El joven Beethoven entonces, se sintió que tenía que tomar la responsabilidad sobre sus dos hermanos menores sobrevivientes, un sentimiento que mantuvo por el resto de su vida, y que a veces llevó a cabo en exceso. Un sentimiento de responsabilidad por su familia, que en realidad, le dio más dolores que alegrías.

Cinco años más tarde, en 1792, Beethoven volvió a obtener del Príncipe Elector la posibilidad de proseguir su educación musical en Viena. Nunca volvió a su pueblo natal. La noche antes de partir, su amigo el conde Waldstein le escribió en su diario: «recibirás el espíritu de Mozart de las manos de Haydn…»En este nuevo viaje a Viena, fue alumno de los más grandes compositores y músicos de la época, como Joseph Haydn o Antonio Salieri.  En 1794, Beethoven publica su Opus Nº 1, tres Tríos para Piano, violín y cello. El año siguiente pudo realizar su primer concierto público en Viena (una «Academia»), en la cual interpretó sus propias obras. Luego siguió una gira: Praga, Dresden, Leipzig y Berlín. Antes de eso un concierto en Budapest. Una enorme actividad para el joven Beethoven que estaba ya sintiéndose llamado a grandes cosas en la música. En 1800, el éxito musical de Beethoven no dejaba de aumentar. Estrenó su Primera sinfonía en un recital en Viena y se ganó el respeto y la admiración de la sociedad. Sin embargo, algo atormentaba al joven compositor: su creciente sordera.

En octubre de 1802, Beethoven escribió una carta a sus hermanos, conocida como Testamento de Heiligenstadt, donde se mostraba preocupado por su pérdida de audición. El célebre músico dejó atrás una etapa en la que sus composiciones estaban influenciadas por Mozart y por Haydn. En esta nueva etapa dio muestras de madurez artística con un estilo más identificable. Destacan Sonata para piano nº8 o Patética, Sonata para piano nº14 o Claro de luna o, algo más tarde, Para Elisa. La sordera cada vez aumentaba más y dejó de percibir las notas agudas. Muchos creen que ese es el motivo por el que su música se volvió más solemne y con notas más graves. En Viena, el joven músico tomo lecciones de composición con Haydn, después contrapunto con Alberchtsberger, y lírica con Salieri. Pronto llamó la atención y deslumbró a Viena con su virtuosismo en el piano y sus famosas improvisaciones. En un par de años se convirtió en el músico de moda en la aristocrática y musical capital de los Haugsburg.

Su actividad iba en aumento, y también tuvo alumnas entre las jóvenes aristócratas, muchas de ellas jóvenes y hermosas con las que estuvo intermitentemente enamorado. Con el paso del tiempo, la sociedad Vienesa reconoce la habilidad que tiene Beethoven con el piano: era un gran intérprete e improvisador de temas. Esto le permite ganarse varias amistades y mecenas. Beethoven, fue uno de los primeros compositores que no trabajan para un «patrón». Negocia precios y publica sus obras, hace conciertos, da clases y recibe pagos de mecenas que le permiten mantenerse económicamente por el resto de su vida. Es muy conocida su frase «Usted es príncipe por azar, por nacimiento; en cuanto a mí, yo soy por mí mismo. Hay miles de príncipes y los habrá, pero Beethoven sólo hay uno.» al Príncipe Lichnowsky cuando se cansa de seguir las peticiones del aristócrata.

También es muy conocido el temperamento del adulto Beethoven: gruñón, borde, y hasta extravagante. Incluso desaliñado en su cuidado, tanto personal como del espacio en el que vivía. Constantemente se mudaba de vivienda, siempre terminando con discusiones con sus caseros por el estado en el que dejaba las habitaciones. Pero, puede existir una razón de mucho peso a tal temperamento: su sordera. Muy probablemente, el dato que más llama la atención de Beethoven es su sordera. ¿Cómo un músico/compositor que nos ha dejado obras tan hermosas, pudo haberlas compuesto estando SORDO? ¿CÓMO? Se cree que los primeros síntomas de su sordera aparecen en 1796, cuando tenía 26 años. Beethoven, un día, se despierta con zumbidos, y poco a poco aumenta un dolor en los oídos al percibir sonidos fuertes.

Hacía 1801, con solo 31 años (!!!), se estima que Beethoven había perdido el 60% de su audición. El famoso y joven compositor trataba de esconder su enfermedad y poco a poco se fue aislando. En 1802, Beethoven, bajo recomendación médica, se trasladó a Heiligenstadt donde se esperaba que, con la soledad y la quietud, pudiera recuperar la salud. Pero no hubo mejoría. Beethoven estaba desolado con la idea de perder el oído. Deprimido, llega incluso a albergar la idea de terminar con su vida.

«EL TESTAMENTO DE HEILIGENSTADT» Fue en Octubre de 1802 que escribe un documento al que se le llama «El Testamento de Heiligenstadt» donde Beethoven escribe lo siguiente: ¡Oh, hombres que me juzgáis malevolente, testarudo o misántropo! ¡Cuán equivocados estáis! Desde mi infancia, mi corazón y mi mente estuvieron inclinados hacia el tierno sentimiento de bondad….

…pero, reflexionad que hace ya seis años en los que me he visto atacado por una dolencia incurable, agravada por médicos insensatos, estafado año tras año con la esperanza de una recuperación, y finalmente obligado a enfrentar el futuro una enfermedad crónica (cuya cura llevará años, o tal vez sea imposible)…

… fui obligado temprano a aislarme, a vivir en soledad … era imposible para mí, decirle a los hombres, «¡habla mas fuerte!, ¡grita!, porque estoy sordo.»

¡Ah! Como era posible que yo admitiera tal flaqueza en un sentido que en mí debiera ser mas perfecto que en otros, un sentido que una vez poseí en la mas alta perfección, una perfección tal como pocos en mi profesión disfrutan o han disfrutado.

Oh, no puedo hacerlo.

Entonces perdonadme cuando me veáis retirarme cuando yo me mezclaría con vosotros con agrado, mi desgracia es doblemente dolorosa porque forzosamente ocasiona que sea incomprendido, para mí no puede existir la alegría de la compañía humana, ni los refinados diálogos, ni las mutuas confidencias, solo me puedo mezclar con la sociedad un poco cuando las más grandes necesidades me obligan a hacerlo.

Debo vivir como un exilado, si me acerco a la gente un ardiente terror se apodera de mi, un miedo de que puedo estar en peligro de que mi condición sea descubierta – así ha sido durante el año pasado que pasé en el campo, ordenado por mi inteligente médico a descansar mi oído tanto como fuera posible… aunque algunas veces quebré la regla… pero qué humillación, cuando alguien se paraba a mi lado y escuchaba una flauta a la distancia, y yo no escuchaba nada, o alguien escuchaba cantar a un pastor, y yo otra vez no escuchaba nada, estos incidentes me llevaron al borde de la desesperación, un poco más y hubiera puesto fin a mi vida –

solo el arte me sostuvo, ah, parecía imposible dejar el mundo hasta haber producido todo lo que yo sentía que estaba llamado a producir, y entonces soporté esta existencia miserable – verdaderamente miserable, una naturaleza corporal hipersensible a la que un cambio inesperado puede lanzar del mejor al peor estado – Paciencia – Esta dicho que ahora debo elegirla para que me guíe, así lo he hecho, espero que mi determinación permanecerá firme para soportar hasta que a las inexorables parcas les plazca cortar el hilo, tal vez mejoraré, tal vez no, estoy preparado.

Forzado ya a mis 28 años a volverme un filósofo, oh, no es fácil, y menos fácil para el artista que para otros – Ser Divino, Tu que miráis dentro de lo profundo de mi alma, Tú sabes, Tú sabes que el amor al prójimo y el deseo de hacer el bien, habitan allí.

Oh, hombres, cuando algún día leáis estas palabras, pensad que habéis sido injustos conmigo, y dejad que se consuele el desventurado al descubrir que hubo alguien semejante a él, que a pesar de todos los obstáculos de la naturaleza, igualmente hizo todo lo que estuvo en sus manos para ser aceptado en la superior categoría de los artistas y los hombres dignos.

CAUSAS DE SU SORDERA.

Su enfermedad no mejora, y para 1816 Beethoven vive en la sordera absoluta. La razón por la cual desarrolla la sordera no está confirmada. Pero, los científicos piensan que pudo haber sido laberintitis u otosclerosis, a partir de los datos que el propio Beethoven nos ha dado en sus diarios y de la autopsia que se le realizó. Y como dice en su carta, Beethoven, en lugar de caer, en lugar de dejarse vencer, se transforma en ese héroe que todo lo conquista a pesar de los obstáculos, en ese Ulises de Homero que leyó unos años atrás. Dicen algunos expertos que, al perder el oído, Beethoven desarrolla sus otros sentidos a tal punto que ahora le llamaríamos «superpoderes». Podía sentir la música a través de vibraciones.

Por otra parte, Beethoven recibe ayuda de Johann Nepomuk Maelzel quien, aparte de inventar numerosos objetos que pudieran mejorar su audición, produce el metrónomo. El metrónomo cambia por completo el destino de la música ya que permite medir el tempo de una obra. Por ejemplo, antes del metrónomo, si una obra especificaba que debía ir Lento no se sabía qué tan lento debía interpretarse. Pero con el metrónomo, se vuelve posible medir el tiempo o las pulsaciones por minuto de una composición. Beethoven, entonces, podía definir qué tan rápido o qué tan lento debían interpretarse sus obras y asegurarse que serían interpretadas tal como él quería.

La sordera le impide tocar en público y en 1815 realiza el que se cree que fue su último concierto como pianista. Fue también en este mismo año que recibe la custodia de su sobrino Karl, hijo de su hermano menor Kaspar Karl. Para 1818 se hace impresindible tener libros de conversacion en los que las personas escriben lo que quieren decirle a Beethoven y él contesta. Es través de estos libros que conocemos mucho de su vida y de su forma de pensar. Sobrevivieron a su muerte más de 200 libros llenos de conversaciones. El 7 de Mayo de 1824 fue el estreno de la novena sinfonía, en un concierto digno de recordar: Beethoven tenía 12 años de no presentarse en un escenario y la gente estaba muy entusiasta por verle otra vez. Ludwig van Beethoven padeció problemas hepáticos durante toda su vida. Diarreas y vómitos eran parte de su cotidianeidad y algo conocido por todos los que le rodeaban.

Después de varios meses de dolencias y enfermedades, Beethoven muere el 26 de Marzo de 1827, con 56 años, durante una tormenta rodeado de amigos. El día del funeral, al día siguiente de su muerte, cerraron hasta las escuelas de Viena. 20,000 personas asistieron al evento, las cuales acompañaron al féretro hasta la entrada al cementerio. Franz Schubert, contemporáneo de Beethoven, estuvo también presente.
El actor Heinrich Anschütz leyó la oración fúnebre que fue escrita por el poeta Franz Grillparzer, a las puertas del Cementerio de Währing, (ahora Schubert Park). La autopsia reveló un hígado dañado, y por mucho tiempo se pensó que pudo haber muerto de sífilis, cirrosis, o hepatitis. Sin embargo, un reciente análisis a uno de sus cabellos que aún se conservan, reveló que pudo haber sufrido un envenenamiento accidental de plomo por algún medicamento recetado. Está enterrado en el Cementerio Central de Viena.

En 1867, 40 años después de la muerte de Beethoven, se publica una obra nueva de Beethoven: la Bagatelle no. 25, también llamada «Für Elise» (Para Elisa). Pero ¿quién fue Elisa? Hay dos teorías: una que fue Teresa Malfatti y la otra (más reciente) Elizabeth Roeckel. Pero, al no tener el documento original de la obra, no podemos saber con certeza quién era esta Elisa.

¿BEETHOVEN NO TUVO NOVIA? ¿NO SE CASÓ? No. Beethoven tuvo muy mala suerte en este terreno. Y aunque siempre se enamoraba de alguna mujer, estas relaciones no eran posibles, ya sea por el estatus social (ellas pertenecian a la nobleza y no era posible tener una relación) o por que no estaban interesadas en un hombre como él.

¿POR QUÉ LA MÚSICA DE BEETHOVEN FUE REVOLUCIONARIA EN SU ÉPOCA? Las obras que compone a partir de 1802 son magníficas en todos los sentidos. Influenciado por la Ilustración y su propia situación, Beethoven desarrolla su idea de cómo es la relación entre el individuo y la sociedad. Se pregunta constantemente ¿Qué hago en este mundo?¿Cuál es mi lugar?¿Por qué estoy aquí? Es emocionante escuchar estas preguntas tan humanas a través de su música por que son preguntas que todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos hecho.

BEETHOVEN ROMPE ESQUEMAS. Por otra parte, recordemos que en el siglo XVIII, la música tiene unos patrones y reglas que la hacen muy tradicional. Romper estos esquemas (jugar con los tiempos de las piezas, añadir movimientos a las sinfonías, desarrollar toda una obra con la simpleza de unas pocas notas, usar todo el poder de una orquesta, ampliar las posibilidades de los instrumentos, etc.) son cosas que Beethoven inició. En la música clásica hay un antes y un después de Beethoven. A partir de él, la música ya no sirve solo para agradar; ya no es compuesta con melodías agradables al oído. A partir de Beethoven, la música toma fuerza como espejo de las emociones y abre paso al Romanticismo.

INFLUENCIAS. La música de Beethoven influyó a todos los compositores posteriores. La novena de Beethoven, que recordemos incluye un coro y cantantes en el último movimiento, dejó tan alto el listón que compositores como Johannes Brahms tardó 21 años en completar su primera sinfonía en parte por la presión del legado de Beethoven. Y además, nunca se aventuró a incluir un coro en sus sinfonías. La primera sinfonía con coro fue la Segunda Sinfonía de Gustav Mahler, llamada «Resurrección» (que por cierto, si puedes escucharla, es un viaje emocionante que no te puedes perder), estrenada en 1895, 71 años después del estreno de la Novena de Beethoven. Nadie quería compararse con Beethoven.

Sordo, Beethoven compuso la célebre Novena Sinfonía (1823), declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Durante estos años, el alemán se comunicaba con los más allegados a través de los “cuadernos de conversación”.Se cree que, a pesar de haber amasado una gran fortuna, sus últimos años estuvieron marcados por una fuerte crisis económica. Esta situación le llevó a pasar el último año de su vida con uno de sus hermanos y pidiendo dinero a amigos.

De lo que se tiene absoluta certeza es del sufrimiento que padeció durante toda su vida. Dolores abdominales crónicos, cólicos, depresión, nefropatía y una sordera total no impidieron a Ludwig van Beethoven convertirse en uno de los músicos más importantes de la Historia.

Canal Historia, Alegro Mágico y LV Beethoven

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