El 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso.
Con motivo de esta fecha, en Revista Única te compartimos los cinco lugares más emblemáticos para besarse.
Times Square, New York
14 de agosto de 1945. El presidente Harry S. Truman se dirigió a los ciudadanos estadounidenses para anunciar la rendición incondicional de Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial.
La gente salió a la calle en Times Square para celebrarlo, y allí, en medio de la algarabía generalizada, un marinero agarró a una joven enfermera distraída y la besó con pasión. En ese mismo instante el fotógrafo Alfred Eisenstaedt captó la que probablemente es la foto más famosa que jamás se ha hecho de un beso.
Así que si vas al Times Square con tu pareja, no lo dudes ni un segundo.
París, sin duda
Realizada en 1950 por el fotógrafo francés Robert Doisneau, “Le baiser de l’hôtel de ville” (o el beso del ayuntamiento) se ha convertido con los años en todo un símbolo de París y el romanticismo juvenil. La fotografía surgió como parte de un encargo de la revista Life, que quería mostrar al mundo el nuevo París joven, despreocupado y espontáneo que resurgía de las cenizas aún humeantes de la Segunda Guerra Mundial.
La fotografía y su autor pasaron relativamente inadvertidos hasta que, a mediados de los 80, un avispado editor decidió hacer un gran cartel publicitario con ella. A raíz de ahí aparecieron varios hombres y mujeres asegurando ser los protagonistas de la foto y planteando demandas de derechos de imagen para cobrar su parte del pastel. Corrían los años 90.
Para defenderse, Doisneau no tuvo más remedio que reconocer que aquella fotografía de un beso romántico y espontáneo en medio de París fue en realidad una escenificación pactada con una pareja que había conocido en un café. Como pago por su colaboración, recibieron una copia certificada de la fotografía que fue adquirida en 2005 por un coleccionista suizo por 155.000 euros.
Taj Mahal (Agra, India)
El monumento al amor más grandioso, o la expresión romántica más extravagante, el Taj Mahal, fue la traducción en mármol de la pasión de un hombre por su esposa.
Cuando Mumtaz Mahal murió al dar a luz, su esposo Shah prometió construirle la tumba más bonita jamás vista. Tras 22 años, en 1653, cumplió su promesa, y en la actualidad el Taj sigue igual de magnífico.
Se aconseja ir al amanecer, cuando un brillo rosado caldea sus muros blancos y delicados y se aprecia mejor la maestría de los mosaicos con incrustaciones y la preciosa simetría de las cúpulas y los minaretes. Sin duda, Mumtaz estaría orgullosa.
The Meeting Place (Londres, Inglaterra)
En plena estación de St Pancras, es imposible no ver el apasionado beso de una pareja de 9 m de alto bajo el reloj de la estación (réplica del original del s. XIX).
The Meeting Place (“El punto de encuentro”), los tortolitos de bronce del artista James Day, resumen el romanticismo de un viaje en tren, y de esta terminal en particular.
St Pancras quedó casi desahuciada en la década de 1960, pese a su gran fachada neogótica y a su enorme sala de andenes. Ya restaurada, hoy alberga la flota del Eurostar, el tren que cruza a Francia.
Junto a este gran abrazo se siente la emoción del reencuentro, pero también la tentadora perspectiva de un continente que saluda desde el otro lado.
Callejón del Beso (Guanajuato, México)
Entre el encanto colonial y las catacumbas de momias de Guanajuato, hoy protegidos por la Unesco, tuvo lugar una trágica historia. Sobre el angosto callejón del Beso, dos balcones se rozan, uno frente a otro.
Allí, la hija de un aristócrata español, obligada por su progenitor a casarse con un noble, alcanzaba la mano de su verdadero amor, un chico pobre que vivía enfrente. La cosa, claro, acabó mal: su padre la pilló y le hundió una daga en el corazón.
En la actualidad, las parejas intercambian besos bajo esos desafortunados salientes para garantizarse 15 años de felicidad (si no se besan, sufrirán 7 años de dolor).