José Victoriano Huerta Márquez, de origen indígena huichol nació en Colotlán, Jalisco en 1845. Fue durante la guerra de Reforma que el General Donato Guerra solicitó un secretario, Huerta de 15 años se ofreció para el puesto, en recompensa recibió una beca para estudiar en el colegio militar, destacando en matemáticas y astronomía, se dice que Benito Juárez lo elogio por su excelente nivel académico con estas palabras “De los indios que se educan como usted, la patria espera mucho”.
Una vez alcanzado el grado de coronel participo en las campañas que el gobierno porfirista lanzo contra los indígenas yaquis en Sonora y contra los mayas de Yucatán y Quintana Roo, por estos logros fue ascendido a General Brigadier.
Cuando Porfirio Díaz se vio obligado a renunciar, Huerta recibió la encomienda de escoltar al dictador hacia Veracruz en su camino al exilio desde entonces albergo un odio profundo y oculto hacia Francisco I. Madero. Durante el gobierno interino del presidente Francisco León de la Barra en 1911, Huerta hostigo a los zapatistas, acciones que después contribuyeron a la ruptura de Zapata con Madero. Ya en la presidencia de Madero se le retiro todo mando de tropas, sin embargo, debido a la rebelión de Pascual Orozco en 1912, se le encomendó partir al norte a combatir a los sublevados, meses después regreso triunfante a la ciudad de México.
El 9 de febrero de 1913 al inicio de llamada Decena Trágica, el General Manuel Mondragón se rebeló contra Madero en plena capital del país, Huerta se puso a la orden del presidente y este lo nombro comandante militar de la plaza. Madero viajo a Cuernavaca para buscar el apoyo de la división, del General Felipe Ángeles, momento que Huerta aprovecho para entablar conversaciones secretas con los sublevados y finalmente apoyo al bando enemigo. El embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson fue quien persuadió a Huerta de consumar su traición con la firma del llamado Pacto de la Embajada.
Gustavo Madero, hermano del presidente supo de la traición y aviso a Madero, pero este le devolvió la confianza a su general y sello con ello su suerte. El 18 de febrero Huerta apreso a Madero, al día siguiente fue obligado a renunciar y la presidencia recayó en el secretario de relaciones exteriores Pedro Lascuráin que ejerció el cargo 45 minutos, lo suficiente para nombrar a Victoriano Huerta ministro de relaciones exteriores y renunciar a la vez con lo que Huerta se convirtió en presidente de la república. El 22 de febrero de 1913, cuando eran conducidos a la penitenciaria Madero y su vicepresidente Pino Suárez fueron arteramente asesinados por órdenes de Huerta.
El 4 de marzo de 1913 juró el cargo de presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson quien desconoció el gobierno de Huerta y reprobó los actos del embajador Henry Lane Wilson a quien destituyo de su cargo. La presidencia de Huerta duro cerca de un año y medio, disolvió el congreso e instauro una dictadura militar, donde él mismo se hizo cargo de los ministerios de gobierno, hacienda y guerra, al mismo tiempo Huerta se vio obligado a combatir a los revolucionarios que desde marzo de 1913, desconocieron a su gobierno y llamaron a la lucha para deponerlo y restablecer el orden constitucional.
En julio de 1914, la situación de Victoriano Huerta se hizo insostenible, disolvió su gabinete, renuncio y le entrego el poder a Francisco S. Carvajal. Huerta partió al exilio a Londres y Barcelona, ya iniciada la primera guerra mundial entro en contacto con agentes del gobierno alemán que le ofrecieron recursos para retornar al país y organizar un golpe de estado que lo regresara al poder pretendiendo con ello distraer a Estados Unidos. Cuando preparaba su entrada a nuestro país desde Nuevo México, en junio de 1915 fue aprehendido por los estadounidenses acusado de violar las leyes de neutralidad, debido a su estado grave de salud a causa de una cirrosis hepática provocada por una vida de alcoholismo, murió en una prisión militar el 13 de enero de 1916.
Ricardo Rugerio