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Historia de Correos de México

Hoy en Revista Única te compartimos la historia de Correos de México, su origen y la forma en la que se ha ido transformando a través de los años y de las tecnologías.

México como país, empezó el servicio postal en 1580. Durante la época del virreinato bajo Felipe II, mediante un decreto en el Palacio de Aranjuez, nombró al Correo Mayor de Hostas y Postas de la Nueva España, a don Martín de Olivares, al cual da posesión de su cargo el Virrey don Martín Enríquez de Almanza, el 27 de agosto de 1580. La oficina principal del trabajo era para comunicar el virreinato de Nueva España con la metrópoli España.

El correo novohispano en sus inicios, concebido como una empresa privada, permanece durante 187 años en manos de particulares. Con la instauración de las Reformas Borbónicas en todo el imperio español, el servicio de correos, que hasta ese entonces estaba concesionado sobre la base de Mercedes Reales, pasa a ser una función prioritaria de la Corona Española y toca a don Antonio Méndez Prieto y Fernández, último Correo Mayor, entregar al Estado, el 1º de julio de 1766, el Oficio.

Pero, hubo algunos precedentes que indican que el sistema de comunicación tenía bases fascinantes desde muchos años atrás.

Época prehispánica

Los pertenecientes al imperio podrían gozar del envío y recibimiento de mensajes
Los pertenecientes al imperio podrían gozar del envío y recibimiento de mensajes

En el México antiguo, durante el siglo XV, únicamente los pertenecientes al imperio podrían gozar del envío y recibimiento de mensajes. Los encargados de transmitir dichas noticias se llamaban payanis, quienes podían llevar a cabo su trabajo por obra del dios Paynal.

No cualquiera podía ser mensajero para Huitzilopochtli. Los payanis debían pasar por arduos entrenamientos, y como los mensajes eran verbales, aquel que se encargara de entregarlo debía comprender el contexto del tema y todo lo referente a éste.

En ocasiones, las distancias eran demasiado largas desde los campos de batalla hasta Tenochtitlan. Por este motivo, los mensajeros comenzaron a hacer una clase de relevo. Así, se iba llevando la noticia sin interrupciones hasta llegar a lo que hoy es la Ciudad de México.

La Conquista

Llegan los españoles a tierra azteca, y no es hasta 1580 que el virrey Martín Enríquez de Almanza funda el Correo Mayor de Nueva España, el cual correría a cargo de Martín Olivares.

Se comenzaron a trasladar los mensajes a través de peones montados en caballos. Posteriormente, surgieron las agencias postales en la Ciudad de México, Puebla, Guanajuato, entre otras.

Para esta época, tanto los nobles como el pueblo podían hacer uso del correo. Pero eran los destinatarios quienes debían pagar al recibir una carta.

En 1762 se estableció el uso de buzones, y más ciudades de la República empezaron a fundar sus propias agencias postales.

Para el año de 1788 la administración del Correo Mayor tendría hasta 1852 sus oficinas en el Centro Histórico, en la calle que hoy conocemos como avenida Madero.

Independencia

Cuando estallaron los movimientos de independencia, el correo se vio detenido en todo el territorio mexicano. Eran secretos los mensajes que se deliberaban en aquellas ciudades que lideraban las batallas del movimiento.

Para el año de 1821, la Secretaría de Relaciones era la que vigilaba el funcionamiento del correo. La Ciudad de México contaba con la administración general (más de 300 oficinas), mientras que Veracruz era la segunda en cola (30).

Pasaron las décadas, y hechos como la guerra con Estados Unidos hacían de la eficiencia del correo una que cayó por los suelos.

Hasta mitades del siglo se recuperó la situación, y fue Ignacio Comonfort quien decretó el uso de estampillas obligatorio para la correspondencia. Por otro lado, se creó el giro postal en 1871, invento que se le atribuye a México.

Junto con el país, el correo se puso de pie de nuevo. Y esta recuperación vio el aumento de oficinas, de personal, de mensajería, de ganancias y de sueldos. Otro elemento muy relevante en la restauración del correo fue la llegada del ferrocarril a México, transporte por el cual se podía trasladar más paquetería.

Palacio Postal de México Palacio Postal  de México
Palacio Postal de México Palacio Postal de México

La Revolución

Como era de esperarse, cuando explota toda la corriente revolucionaria, el correo se vuelve a detener. No sucede como en la Independencia, que la mensajería es de boca en boca y muy privada, pero sí hubieron saqueos y pérdidas de correspondencia importante para la época.

Más de una década se tarda el país en recuperar el servicio tan eficiente que llevaba. Y no es hasta 1921 que el servicio aéreo se vuelve una posibilidad para el correo de la República.

Para los 50, los aviones transportaban más de 50 toneladas en correspondencia, y volaban alrededor de 150,000 km al día. En 1964, ya 376 millones de piezas se enviaban al extranjero.

Modernidad

Tras nombres como el “Centro Postal Mecanizado Benito Juárez” y “México”, el 20 de agosto de 1986 se crea, por decreto presidencial el organismo Servicio Postal Mexicano.

Dicho esto, la institución adquiere personalidad jurídica y patrimonio propio. Tres años más tarde se autoriza su reorganización. Se crea la Dirección Comercial, se incorporan nuevas áreas, mejora la calidad en el servicio, se ofrece atención a los usuarios, se promueve el control de obras y se mejoran las prácticas administrativas

Y a pesar de que el nuevo siglo vio la llegada de muchos avances tecnológicos, el correo en nuestro país es una institución que sigue brindando sus servicios a un gran número de la población. Sin importar la inmediatez de los mensajes que existen actualmente, nunca nada remplazará la experiencia de recibir una carta, ver sus postales y romper sus extremos para descubrir sus historias hechas a mano.

Estampillas del correo de México
Estampillas del correo de México

#YoMeQuedoEnCasa

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