Una felicidad recorre el flujo
del nacer al percibir la muerte
pero el medio se llena
con la arrogante decadencia
Vida hacia su destrucción
parece su faceta ineluctable
donde crecemos contra reloj
para hundirnos en sexualidad
Mientras el pensamiento
abre cosmos y pasiones
del fondo subyace la carne
que con las cosas arrastra
¿Cuándo empieza la decadencia?
¿Acaso con alguna edad o era?
¿Al ser concebido y nacer?
¿Con el olvido y el que olvida?
Toda vivencia es proceso
inevitable de destrucción
en cuyo centro se labra
la construcción de idealidad
Tan ominoso cumplir años
como dejarlos reposar
sin regreso alguno
sobre imágenes más que opacas
Tan pesada esa carga
de ser y hacer libre
que solemos dudar si
acaso el otro lo es
Tan ligero el ofrecimiento
de caer instantáneamente
que olvidamos cómo nacimos
y aferrarnos al aún por acá
Sacramentar la conciencia
es el puente entre mirar
y creer que quien mira
es homúnculo que me abstrae
¿Cómo la humildad de conciencia
puede caber en un universo
siendo hijos del olvido
y objetos perennes de olvido?
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