Los síntomas como pérdida del apetito, el no dormir, cambios drásticos en la conducta, el aislarse, el verse demacrado/a, comportamientos violentos, intentos suicidas, son alertas en la que padres de familia de niños/as y jóvenes deben poner más atención.
Datos duros señalan que el promedio de edad es entre los 8 y 10 años es cuando comienzan a consumir algún tipo de droga, principalmente la marihuana –anteriormente era el cigarro, pero hoy en día se pasan directamente al cannabis-.
Sin embargo, la denominada piedra (crack) es la más usada entre el grupo de jóvenes, incluso se alcanza el 90% de consumo.
El mundo de las drogas es tan oscuro y con consecuencias adversas en su totalidad que salir de éste es muy difícil, no sólo para quienes las consumen, sino para el entorno familiar.
En una charla con Itandehui García González, Psicóloga especializada en el tratamiento de adicciones, depresión y ansiedad, nos compartió parte de su experiencia en el tratamiento y ambiente de las y los adictos y de cómo las drogas están llegando cada vez más a los grupos jóvenes de la sociedad.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Adicciones (Encodat) para el periodo 2016-2017, por cierto, la última disponible, establece que los jóvenes de entre 18 y 34 años habrían consumido drogas ilegales alguna vez en su vida (14,5%). De los datos anteriores, hombres en un 22,8% y mujeres en un 7%.
Entre las principales drogas está la marihuana (12,8%), seguida de la cocaína (5,2%).
Lamentablemente las cifras van en aumento y llegando a grupos poblacionales de menor edad.
Está más que comprobada la venta de estupefacientes tanto afuera como adentro de las escuelas, ya sean públicas o privadas “y a la clínica llegan niños con tan sólo 8 ó 9 años de edad, lo cual resulta inadmisible”, con 30 ó 50 pesos se puede incluso adquirir estas sustancias nocivas, cantidad de dinero que está al alcance de los menores.
La especialista Itandehui García González al enfocarse en las observaciones que como padres y madres de familia se debe priorizar, es no confundir o tratar de justificar esas conductas antes descritas con enfermedades como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el Asperger o algunas variantes, pues debe tenerse en claro que en las drogas los cambios conductuales prácticamente son inmediatos.
Además, las anteriores son enfermedades detectadas desde la primera infancia. Por lo que papás y mamás, no se debe justificar, minimizar o evadir los síntomas de posible consumo de drogas en nuestros niños y adolescentes.
A veces es más fácil hacer como que es mejor no tomar la importancia debida a ciertas características manifestadas por el consumo de estupefacientes, pero lo que no saben es que se están abriendo las puertas para llegar a un camino doloroso y de sufrimientos.
Para el caso de los jóvenes estudiantes (de preparatoria y/o universidad) la psicóloga con quien platicamos esta vez, nos refirió que entre ellos está el “cristalazo” para rendir más ya sea en la escuela o en el trabajo.
Sin embargo, hay muchos factores que propician el consumo de drogas, y, ¡mucho ojo papás y mamás o hermanos!, los problemas familiares, o el querer encajar con los compañeros o en sectores sociales, por moda, por depresión, entre otros factores, se debe estar pendiente y cercanos a las y los jóvenes.
Sí se puede salir de las drogas
Con mucho trabajo, apoyo, resistencia y con cambios radicales en el entorno familiar y social en donde se desarrollen, sí se puede salir de las drogas, nos dijo Itandehui García.
La principal causa por la que recae una persona en el consumo de estupefacientes es que la familia pierde la confianza en ellos.
De cada 10 adictos, solamente 3 llegan a salir de este vicio y tardan años en la rehabilitación.
La Psicóloga especialista en adicciones fue firme en establecer que para evitar caer en drogas se deben fortalecer los valores y la confianza familiar. Los patrones en la familia son fun da men tales…
Las redes sociales juegan un papel protagónico en el consumo de drogas y ahí hay que cuidar los contenidos y el acompañamiento para evitar la vulnerabilidad de las niñas y niños.
Desde el aspecto educativo, dijo, los talleres para padres junto con las terapias familiares, son una fórmula eficaz para disminuir la incidencia en las drogas.