La nueva realidad política en el país puede gustar a unos y a otros no, pero lo cierto es que México merecía desde hace tiempo aplicar otras estrategias en las que se incluyeran con mayor contundencia los programas sociales, la rehabilitación y nueva infraestructura de vías férreas, como el tren maya o los caminos que se hicieron a través de la inclusión de los pueblos originarios en Oaxaca, una mayor participación popular como las consultas populares y el incremento por arriba de la inflación al salario mínimo, por citar algunos ejemplos.
En este contexto la reforma judicial fue propuesta desde la mitad del mandato del Presidente Andrés Manuel López Obrador, él insistió en la conveniencia que desde dentro del Poder Judicial surgiera la voluntad para iniciar esta renovación, pero al encontrar resistencia se pidió el apoyo a la población en las urnas el pasado dos de junio, para hacer realidad el plan C que hoy se concretó después de 18 horas de debate; ya que la Reforma Judicial – a las seis de la mañana- fue aprobada con 357 votos a favor de los partidos Morena, PT y Verde Ecologista y 130 en contra del PRI, PAN y MC.
Antes de la reforma al poder judicial, se llevaron a cabo una serie de foros en parlamento abierto, desarrollados a lo largo del país, también hubo mesas de diálogo en la UNAM, con empresarios, y con Organizaciones No Gubernamentales e incluso hubo reuniones bilaterales entre dichos organismos, en este espacio dimos cuenta del que se realizó en Puebla. Además, hubo una entrega oficial de conclusiones sobre las propuestas que hicieron todos los interesados y que emitió la Cámara de Diputados, esto se puede consultar en la página web del Congreso de la Unión.
Precisamente -hace un par de horas- durante la Reunión Extraordinaria de la Comisión de Estudios Legislativos del Senado de la República, la senadora Malú Micher informaba que son más de 110 modificaciones al documento original de la reforma y eso habla de que si se aceptaron estas propuestas y “se escuchó a quienes se tenía que escuchar”.
En consecuencia, si es de nuestro interés habremos de informarnos a profundidad sobre el tema y no hablar sólo de oídas, con base en especulaciones que no hacen más que distorsionar la realidad. Entre otras cosas, esta reforma propone la figura del juez sin rostro como una medida para proteger a los jueces en procesos contra el crimen organizado y la sustitución del Consejo de la Judicatura por un órgano administrativo y un Tribunal de Disciplina Judicial.
Algunos especialistas señalan que con esta reforma se visibilizará el mecanismo con el que se elegirán a los jueces y magistrados, por lo que es una manera de democratizar ese poder; recordemos que habrá un órgano regulador que revise a los mejores perfiles y que sea el tamiz para que no pasen personas sin la debida preparación y conocimiento del tema. La minuta de la Cámara de Diputados ya fue turnada al senado de la República esta mañana, se discutirá una semana y se espera su aprobación el 11 de septiembre.
Es obvio que existen puntos a mejorar y nunca habrá que darse por sentado que esta Reforma resolverá en su totalidad a todos los vicios o problemas que vienen arrastrándose por décadas; sin embargo, habrá que darle el beneficio de la duda, pues conviene a todos como mexicanos desearle lo mejor a quienes aplicarán esta nueva realidad en el poder judicial.
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