Vertebra la paciencia del tiempo
ese te amo glorificado.
Un te amo lejano
atrae con el viento deseos y placeres.
Con un te amo cercano
los deseos arden en sedientos placeres.
Todo te amo placentero
renueva la sexualidad durmiente del alma.
Si el te amo es instantáneo
fotones y estrellas hacen las veces de besos.
Llega un te amo sereno
y de vítores en cópula se visten lagos y selvas.
Un te amo audaz
abre cortinas donde se cierran fantasmas.
Del te amo amoroso
hilos derraman la gloria eterna nuestra.
Habla el te amo eterno
de la urdimbre que envuelve nuestra red.
Del te amo conjunto
caen los espacios del porvenir que nos hace uno.
La llama del te amo paradisíaco
enciende el día con la savia que de noche canta.
Ese te amo espiritual
de la religión que posees es el rito inaugural.
Si de un te amo final se habla
quizá sea la repetición genuina del amor.
Un te amo tierno
es la apuesta de hoy que felicidad irradia.
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