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Dos historias de corazones rotos en Puebla

Hola, hoy les contaré un par de historias que sucedieron en algunas partes de este estado.

Protagonistas: El deseo, la ilusión, la traición, el poder y el sexo.
El resultado: Corazoncitos rotos.

La becaria

Ella sabía que la vida era mucho más pequeña que sus sueños.
Lo había conocido durante su servicio social.
Él siempre fue atento, amable, empático, guapo y además era su jefe.
Equis día, después de un evento, se ofreció a llevarla a su casa.
Antes la invitó a cenar a uno de los lugares más exclusivos de la ciudad.
El lugar la deslumbró: vino y música suave, demasiado para ella, quien a lo mucho había ido a cenar un par de veces al Sanborns.
Él se desahogó con ella, dejó de ser su jefe y se convirtió en su confidente.
No supo cómo fue que terminó haciendo el amor en el departamento de él.
Han salido a cenar varias veces y siempre terminan en el mismo lugar: su departamento.
En la oficina el trato es frío y distante, a veces es hasta misógino.
Es para evitar que hablen de ti” suele decirle.
Ha intentado preguntarle varias veces qué son.
Pero se le pasa cuando ve lo distante que son sus mundos, cuando ve que él la esconde y solo la quiere para ir a cenar dos veces al mes.

Un hombre enamorado

Él funcionario aparecía en redes siempre sonriente y mostrando que la familia era el motor de su vida.
Iba a misa los domingos con su esposa e hijos.
Aprovechaba la ocasión para tomarse selfies familiares.

Incluso aprovechaba las fiestas en donde era padrino para bailar y abrazar a su esposa.
Un buen día el diablo se puso tacones y fue a su encuentro.
El lugar: una comida.
La diferencia de edades no importaba. Y aunque ella era mayor, él le llevaba al menos 15 años.
El escote y el vestido ajustado lo perturbaron.
Media botella de tequila los desinhibió
Él fue sometido por el dios de la lujuria y ella se dejó seducir por la diosa de la vanidad.
Desde esa fecha, él ya no se toma selfies familiares.
Suele llegar demasiado tarde a casa
Ya no baila.
Ya no presume a su esposa.
Y su aliento a tequila es recurrente.
Él le dice a sus cercanos: ¡PTM estoy enamorado!

¡Awwwww hombres, hombres!

@lachicaunica_

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