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8 de septiembre de 1862 muere el General Ignacio Zaragoza

El general Ignacio Zaragoza Seguin a sus 33 años fue el encargado de defender nuestra soberanía nacional frente al entonces mejor ejército del mundo, el francés en la Batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862. Aunque su vida fue muy corta, vivirá en la eternidad como uno de los héroes de nuestra nación.

Nacido el 29 de marzo de 1829 en la bahía del Espíritu Santo, Texas cuando este territorio aún era parte de nuestro país, fue el segundo hijo del militar oriundo de Veracruz Miguel Zaragoza Valdés y de María de Jesús Seguin, originaria de San Antonio Texas, ambos criollos que decidieron vivir en remotas tierras para servir a la nación mexicana.

Diario El Mundo

La anexión de Texas a los Estados Unidos le causo un sentimiento de pérdida de identidad, le aterrorizó la idea de haber nacido en un país y que después ya no lo era, lo que lo llevo a su amor profundo por México. La familia emigro a Matamoros, donde realizó sus estudios básicos, para luego emigrar a Monterrey a un seminario que, al poco tiempo de haber llegado abandono por su falta de interés en ser sacerdote o abogado.

Fue su padre quien le inculcó el amor por la carrera de las armas y se dio de alta como cadete en el regimiento de usares el 23 de octubre de 1846, a sus 17 años. El 12 de octubre de 1852 se incorporó a la Guardia Nacional de Nuevo León y al siguiente año formalizó su permanecía en el ejército, lo que le permitió cumplir su sueño de defender a México hasta con su propia vida.

Participó en batallas contra los filibusteros texanos, en las de Silao, Ahualulco y Calpulalpan que le dieron experiencia militar, fue precisamente en esa última donde los liberales se alzaron con el triunfo lo que permitió que Juárez dejara Veracruz y volviera a la capital mexicana, para restablecer el orden de la república.

Cultura CDMX

Ante la inminente invasión francesa a nuestro país, el presidente Juárez designó al general Zaragoza para dirigir la defensa de la nación en la batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862.  La noche anterior a la batalla el general no pudo conciliar el sueño, pues veía un presagio positivo que fue precisamente un 5 de mayo, pero de 1821 que murió Napoleón Bonaparte. El día de la batalla junto a sus generales Miguel Negrete, Felipe Berriozábal, Porfirio Díaz y el capitán Francisco Lamadrid, montado en su caballo Telégrafo animo a sus tropas. Ya entrada la noche y con una fuerte lluvia, pudo comunicar al presidente Juárez, “Las armas nacionales se han cubierto de gloria”.

En 1856 conoció a una joven mujer de piel blanca llamada Rafaela Padilla, quien se convertiría en su esposa al año siguiente. A días de la ceremonia nupcial Zaragoza fue enviado a enfrentar un levantamiento conservador por tal razón no pudo estar en su propia boda y envío a su hermano como su representante en su boda.  La joven pareja tuvo tres hijos, pero el primogénito llamado Ignacio, igual que su segundo hijo de mismo nombre, fallecieron siendo aún unos bebés.  Su hija a quien llamaron Rafaela Zaragoza Padilla, vivió hasta los 67 años de edad.

En 1861 a su esposa le fue diagnosticado un mal incurable, tres días antes de la Navidad de aquel año a Zaragoza le fue ordenado marchar a San Luis Potosí despidiéndose para siempre de su esposa, pues moriría tres semanas después quedando su pequeña hija al cuidado de su madre.

Turismo en Puebla

Después de la batalla de Puebla, se suscitó una grave epidemia de tifoidea entre los soldados, Zaragoza resulto contagiado y fue a principios de septiembre que comenzó con fiebres graves, refugiándose en su casa de la calle de la Santísima en Puebla.  El 8 de septiembre de 1862 falleció a la edad de 33 años, se decretaron días de duelo nacional y su nombre se colocó en la sala de sesiones del congreso en letras de oro, se le concedió una pensión a su hija y a su madre.

En su honor a la ciudad de Puebla se le añadió el nombre de Zaragoza igual que al estado de Coahuila. En 1868 se ordenó la construcción de un monumento para depositar sus restos en el panteón de San Fernando en la Ciudad de México. En 1976 sus restos fueron exhumados y enviados a Puebla para colocarlos el 5 de mayo de ese año en un monumento construido en su honor y en 1979 se depositaron los restos de su esposa Rafaela Padilla descansando juntos para la eternidad.

Ricardo Rugerio

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