El 17 de febrero de 1907, se inauguró la Oficina Central de Correos, coloquialmente conocido como “El Palacio Postal”.
En 1900, la Dirección General de Correos requería de un nuevo espacio para atender las nuevas necesidades y demandas del momento, por ello se tomó la decisión de buscar un nuevo sitio que alojará las nuevas instalaciones. El predio elegido estaba bordeado por las calles de San Andrés (hoy Calle de Tacuba), San Isabel (renombrada posteriormente como Calle del Teatro Nacional, hoy Eje Central Av. Lázaro Cárdenas del Río) y el Callejón de la Condesa; en este mismo lugar se encontraba una construcción del siglo XVIII, se trataba del Antiguo Hospital de Terceros, edificado por la orden de los franciscanos en 1761. La estructura en desuso fue ocupada por el Hotel de Ferrocarriles, pero fue demolido por completo en 1901 para dar paso a la quinta sede de la Dirección General de Correos.
El diseño de «La Quinta Casa de Correos de México» fue realizado por el arquitecto italiano Adamo Boari, quien se encargó de combinar los estilos plateresco e isabelino. La obra tuvo una duración de cinco años (1902-1907), y estuvo a cargo del ingeniero militar mexicano Gonzalo Garita y Frontera. La primera piedra, que guardaba en su interior objetos y periódicos alusivos a tan emblemático momento, fue colocada el 14 de septiembre de 1902, por el presidente Porfirio Díaz.
Garita empleó una estructura metálica de acero “tipo Chicago”, traída desde Nueva York y aplicada en la mayoría de las construcciones de principios del siglo XX; sin embargo, este estilo consta de postes y perfiles de alma llena unidos por remaches que descansan sobre una enorme parrilla de viguetas de acero. Los muros de tabique fueron revestidos con sillares de “cantera blanca de Pachuca”, que a la intemperie se oxida por sus residuos ferrosos, tornándose de color oro pálido.
La fachada está constituida en cantera de chiluca, extraída de Santa María Tulpetlac, en el Municipio de Ecatepec de Morelos, en el Estado de México. La entrada principal, conocida como “pan coupé”, se encuentran esculpidas las figuras de dos bueyes, como timbres o cimeras de grandes escudos, que enmarcan el elegante alfiz mudéjar de la puerta y que representa el espíritu de sacrificios y a los que trabajan en silencio por los demás. En la torre principal del edificio, se encuentra un reloj monumental importado desde Alemania por la empresa de los Hermano Dienner y Compañía de la “Joyería La Perla”, el cual fue ensamblado en nuestro país.
Con información de Metronomía.com
