sábado, septiembre 7, 2024
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Louis Pasteur, creador de la pasteurización

Pasteur tuvo otros descubrimientos que aquí te narramos.

Pasteur nació el 27 de diciembre de 1822 en Dôle, Borgoña, Francia; fue hijo de Jean-Joseph Pasteur, ex sargento de Napoleón y de Jeanne-Étiennette Roquide.

Pasó su niñez en el macizo del Jura, en el este de Francia. No se destacó como alumno y era un apasionado del dibujo y la pintura. De niño, hizo una serie de retratos de su familia que revelan un buen ojo para la precisión y los detalles. Sus profesores alentaron ese lado artístico, pero su padre consideraba que pintar era una indulgencia: lo que importaba era el trabajo sólido escolar, así que Pasteur estudiaba con tesón. En cuanto a sus estudios logro un doctorado en Física y Química por la École Normale de París. Empezó a trabajar como ayudante de un químico llamado Dumas. Además trabajo en Dijon y Estrasburgo, investigando e impartiendo clase. Muy pronto Pasteur empezó a ser reconocida por sus investigaciones y en 1843 recibe el primer premio de Física del liceo Saint Louis. Posteriormente, en 1854, Louis llegó a la Universidad de Lille. Ahí lo nombran catedrático de química y decano de la facultad de ciencias. En 1857 se convierte en director del Departamento de Ciencias de la Escuela Normal de París.

El primer descubrimiento de Pasteur se realizó cuando tenía 23 años, se trató de la actividad óptica de isómeros espaciales; a raíz de este hallazgo apareció la estereoisometría, un término de la química que se relaciona con la fórmula estructural y la disposición espacial de los átomos. Además estudió la fermentación alcohólica, un proceso biológico de fermentación. Encontró en él un origen microbiano, gracias al hallazgo de una sustancia concreta en el mismo: el alcohol amílico. Uno de los descubrimientos más reconocidos del químico y que lleva su nombre fue el de la pasteurización. A través del estudio de la fermentación, Pasteur descubrió lo siguiente: al calentar el vino a 55ºC, se morían sus bacterias, pero su sabor permanecía intacto. Este proceso recibió el nombre de pasteurización, y supuso una salvación para la industria vinícola y otras. Pero la pasteurización fue más allá del vino, como demostraron las investigaciones de Pasteur, también en la conservación de la leche, por ejemplo. El químico observó cómo calentando la leche (aumentando su presión y temperatura, a unos 80ºC, aproximadamente) antes de embotellarla, y posteriormente dejándola enfriar rápidamente, se conseguía eliminar los microorganismos y bacterias de la sustancia sin alterar sus cualidades ni composición. En esto consistía -y consiste- la pasteurización.

Así Louis Pasteur siguió investigando, y empezó a trabajar primero en Arbois y después en la empresa de Henri Marès de Fabrègues. ¿Qué más descubrió Pasteur? Descubrió que las fermentaciones lácticas y alcohólicas tienen diferentes fermentos. Además, también observó que había ciertos gérmenes que originaban las enfermedades del vino, como por ejemplo la grasa, el amargor o la acescencia (picado del vino o ácido acético). En 1866 se publicó el trabajo de Louis Pasteur sobre “Études sur le vin, ses maladies”, después que de trasladara las conclusiones de sus investigaciones a la Academia de la Ciencia un año antes, en 1865. Ese mismo año, en 1865, Pasteur dejó París, donde trabajaba como director de estudios científicos de la École Normale. Ahí ayudaban a la industria de la seda del sur de Francia. Justamente pasaban por una crisis, ya que una enfermedad del gusano de seda, la pebrina, se había extendido y convertido en epidemia. Lo que hizo Pasteur fue demostrar que la pebrina, además de ser contagiosa, era hereditaria. Esto le llevó a concluir que debían seleccionar los huevos libres de la enfermedad para seguir criándolos. Los descubrimientos e investigaciones de Pasteur tuvieron repercusión más allá del campo de la química y de la bacteriología, llegando hasta la medicina. Pasteur sostenía que lo mismo que ocurría en los procesos de fermentación, ocurría en las enfermedades (en cuanto a su origen y evolución). De esta manera, sugirió que las enfermedades se originaban por la acción de ciertos gérmenes, que penetraban en el interior del organismo, desde el exterior. A esta teoría la llamó “teoría microbiana de la enfermedad”. En realidad, estas afirmaciones fueron muy debatidas por científicos y médicos de todo el mundo.

En el año de 1868 cuando tenía 45 años, Pasteur sufrió un derrame que paralizó parcialmente su lado izquierdo. Sus colegas montaron un laboratorio móvil para que pudiera trabajar en su lecho de enfermo. Pasteur tenía cinco hijos, pero sólo dos sobrevivieron la infancia. Esa dedicación era una característica de Pasteur, quien se sumergía en el trabajo cuando tenía que enfrentar pérdidas personales. Vivió en una era en la que los niños a menudo morían de enfermedades infecciosas. En 1859, perdió a su hija por tifoidea, un mal causado por comida y bebida sucia. En 1865, su segunda hija murió de la misma enfermedad. Otra hija pereció debido a un tumor en 1866. La tragedia familiar fue el marco de su lucha contra la enfermedad.

Para 1879 en una observación casual en el gallinero. Las nuevas ideas de Pasteur sobre las enfermedades infecciosas lo llevaron a él y su cada vez más grande equipo a estudiar el cólera del pollo. Fue entonces cuando hizo otro descubrimiento histórico. Tras estar ausente durante un mes de su laboratorio, Pasteur les inyectó a sus pollos un viejo cultivo de bacterias. Las aves se enfermaron, pero no murieron como se esperaba. Además, se volvieron inmunes a la enfermedad. Pasteur se dio cuenta de que las cepas debilitadas de una enfermedad podían ayudar a que los animales desarrollaran inmunidad contra ellas. Un siglo antes, Edward Jenner había descubierto que el virus de la viruela bovina protegía contra la viruela. Pasteur había encontrado la manera de crear vacunas en el laboratorio. Fue un momento crucial en la lucha contra las enfermedades infecciosas.

Así en 1881 realizó ensayos contra la vacuna contra ántrax. El ántrax era fatal para los humanos y podía arrasar con poblaciones enteras de animales de granja. Quien pudiera prevenir la enfermedad no sólo salvaría vidas, sino que también se haría rico. El doctor alemán Robert Koch ya había encontrado la bacteria causaba el mal; Pasteur anunció que había descubierto la vacuna e inmunizó con éxito 31 animales, aunque estudios recientes de sus libretas de anotaciones han revelado que exageró sobre cuánto del trabajo era original y suyo: lo que hizo fue prestarse de los estudios de otros.

Ya en 1885 desarrolló la vacuna contra la rabia. Aquel año concentró su atención en la rabia, una enfermedad mortal con síntomas horribles que causa una muerte lenta y dolorosa. Pasteur había ensayado una vacuna en perros, pero le preocupaba hacerlo en humanos. Se enfrentó a ese dilema con Joseph Meister, un niño al que lo había mordido un animal rabioso. No estaba seguro de que Joseph desarrollaría la versión humana de la rabia, pero ensayó el tratamiento de todas maneras. Joseph sobrevivió. El primer ensayo en humanos de una vacuna artificial fue otro hito, aunque cuando Pasteur escribió sobre sus experimentos después, volvió a exagerar, diciendo que había hecho más pruebas en animales de los que había hecho en realidad.

Más tarde en el año de 1888 funda el Instituto Pasteur. La gente estaba desesperada porque la inocularan contra la rabia. Si Pasteur quería satisfacer esa demanda y continuar con sus investigaciones sobre nuevos tratamientos, requería de ayuda. Por ello, hizo un llamado internacional para que le donaran fondos y estableció una organización de caridad, el Instituto Pasteur, cuyo propósito era continuar la investigación sobre las enfermedades infecciosas. La labor que empezó a hacer el instituto salvó muchas vidas. La expansión económica y colonial francesa dependía de la habilidad para combatir nuevos males, así que se abrieron sucursales del Instituto en colonias francesas como Senegal y Costa Marfil.

En ese mismo año Pasteur abre el camino a la erradicación de difteria. Uno de los primeros éxitos del Instituto Pasteur fue un avance en la lucha contra la difteria, una gran amenaza a la vida de los niños. Dos de los primeros científicos que Pasteur contrató fueron sus antiguos asistentes Emile Roux y Alexandre Yersin. Los dos hombres identificaron cómo la difteria causaba la enfermedad inundando el cuerpo con toxinas. Ese trabajo fue clave para encontrar un tratamiento y eventualmente una vacuna. La lucha contra la difteria es una de las grandes historias exitosas de la medicina: hoy en día, alrededor del 85% de los niños de todo el mundo son inmunizados. A través del trabajo de científicos como Roux y Yersin, el legado de Pasteur perdurará.

Llega el 28 de septiembre 1895 y Pasteur continuó dirigiendo el Instituto en París, pero su salud se fue deteriorando. Tras otro derrame, su parálisis empeoró. Murió a los 72 años de edad, en Marnes-la-Coquette, como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio. Francia lo trató como un héroe nacional. Fue enterrado en la catedral de Notre-Dame. El año siguiente trasladaron sus restos a una cripta construida especialmente en el Instituto Pasteur. Su esposa fue enterrada a su lado cuando murió en 1910. Hoy en día, Pasteur es recordado como uno de los fundadores de la medicina preventiva. El trabajo que empezó sigue salvando millones de vidas en todo el mundo.

La vida personal de Pasteur. En 1849, contrajo matrimonio con Marie Laurent. Tuvieron cinco hijos: Jean Baptiste, Cécile, Marie Louise, Jeanne y Camile. Jean-Baptiste y Marie-Luise, fueron los únicos que llegaron a la vida adulta, los otros tres fallecieron en la niñez a causa del tifus.

En su lápida se leen sus palabras: Feliz aquel que lleva consigo un ideal, un Dios interno, sea el ideal de la patria, el ideal de la ciencia o simplemente las virtudes del Evangelio.
Sabías que… Nunca le estrechó la mano a nadie. Ni siquiera a los miembros de la realeza. Tenia miedo de contraer alguna enfermedad con el contacto.

Con datos de BBC News, Psicología Mente. @

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