Las medidas de seguridad en los aeropuertos han evolucionado mucho en los últimos años. Los requisitos de los aeropuertos para pasar los controles se han endurecido hasta el punto que ningún líquido es admitido en el equipaje de mano, lo cual ha supuesto más de un dolor de cabeza para pasajeros de todo el mundo. Ivelise estaba en el aeropuerto, esperando en la cola del control de seguridad, cuando nuestra protagonista vio que un hombre unos metros por delante que ella era obligado a tirar entre lágrimas un paquete. En seguida supo lo que debía actuar.
Un vuelo como cualquier otro… o casi
Ivelise Hernández se dirigió al aeropuerto de Florida, su estado natal, acompañada de su novio para tomar un vuelo como otras tantas veces había hecho. Esperaba en la cola su turno, cuando presenció una situación muy desagradable: un hombre discutía con uno de los encargados de la seguridad por un paquete.
Parecían inflexibles en su decisión, y finalmente el hombre se vio obligado a deshacerse del objeto. Pero su reacción de desesperación fue lo que realmente captó la atención de Ivelise.
Salta la alarma en el escáner
El novio de Ivelise solo estaba allí para acompañarla y despedirla, pues ella sola tomaría el avión. Lo que normalmente solo requería una incómoda cola, estaba tomando algo más de lo normal. Y es que un hombre estaba desesperadamente intentando pasar un paquete que el detector de metales había captado con su escáner.
La pareja no podía ver el contenido porque estaba envuelto, pero en su interior debía haber algo importante, pues su dueño no parecía dispuesto a dejarlo ir.
Paquete sospechoso
Una cosa queda clara, algo debía tener aquel paquete que había levantado todas las miradas de los agentes de seguridad allí trabajando en aquel momento. Y es que por mucho que el dueño intentara argumentar al respecto, no parecía existir un diálogo intermedio entre las partes al que aferrarse.
La conmovedora reacción de este hombre, no había tocado la sensibilidad de nadie allí. Lo cual plantea la pregunta: ¿había en aquel paquete algo realmente peligroso que justificara la inflexibilidad de los agentes?
La historia se repite
Es muy desagradable llevar un artículo y que la seguridad del aeropuerto te impida pasarlo. A veces se trata de algo nuevo, o de un regalo para otra persona sin ningún tipo de peligrosidad.
Pero mirando al otro lado, así es el trabajo de estos agentes, y se enfrentan a la misma situación cada día de sus vidas. No evalúan cada caso por separado. Y quizá ese sea el motivo por el que en esta ocasión no supieron que el contenido de aquel paquete era irremplazable.
Ofreciendo una alternativa
No se trataba de un capricho de este hombre, claramente el contenido del paquete tenía un valor que no se traducía en dinero. Y es que, insistió en que si no podía pasar la seguridad del aeropuerto, al menos pudiera ser enviado a objetos perdidos, para así tener la posibilidad de poder recuperarlo más tarde.
Lejos de considerar si quiera la opción, el agente le indicó que depositara el paquete en un contenedor. Y fue entonces cuando esta mujer tuvo una brillante idea…
Una triste escena
Después de jugar todas sus cartas, el hombre terminó por tirar aquel paquete que por todos los medios había intentado conservar. Lo hizo con los ojos llenos de lágrimas y visiblemente afligido.
Aquel dolor tocó la fibra sensible de Ivelise, que entonces se giró hacia su novio y le pidió que prestara mucha atención y le hiciera un favor importante. Considerando que Rico, su novio, no se subiría al avión, era la oportunidad perfecta para que él hiciera algo al respecto.
Al partir un beso, un adiós y una tarea pendiente
Antes de darle un beso de despedida y un abrazo a su novio Rico, Ivelise le explicó detalladamente lo que tenía que hacer, a lo que él accedió encantado, pues también había presenciado la escena y sentía una enorme curiosidad por aquel misterioso paquete.
No era ningún plan maestro, Rico simplemente debía buscar el contenedor donde había sido depositado el paquete para intentar recuperarlo, intentando captar la menor atención posible, pues no es muy normal revolver la basura del aeropuerto.
A su favor
Rico contaba con una ventaja a su favor, y es que el paquete no había sido calificado como ‘realmente peligroso’, al punto de requerir una segunda inspección y ser apartado definitivamente. Eso le permitía tener acceso al mismo, pues seguía depositado en el mismo contenedor en el que el hombre lo tiró.
Así que, sin más dilación, se puso manos a la obra, con facilidad se hizo con el paquete, y luego se dirigió a su hogar. Su instinto le reafirmaba que ahí dentro había algo importante…
Al otro lado
Ivelise tuvo un viaje poco cómodo, y no por el avión o las turbulencias, sino porque se había quedado muy molesta por la forma en la que el hombre había sido tratado por los agentes de seguridad.
Además, sentía una enorme curiosidad por qué podía haber en el paquete para disgustar tanto a su dueño, pero a la vez suponer una amenaza para el escáner del aeropuerto. Tras aterrizas, encendió su teléfono y lo primero que hizo fue llamar a su novio.
El paquete
El contenido del paquete no era nada del otro mundo, en apariencia. De hecho, Rico se sintió decepcionado al verlo, pues se trataba de una simple bola de cristal con agua dentro. Un típico souvenir que miles de personas compran a diario para llevar a su casa.
Rico le echó un segundo vistazo, y entonces descubrió el motivo por el que aquella artesanía había sacado lágrimas a su dueño. No se trataba de una bola de cristal común y corriente…
El interior de la bola
El interior de la bola mostraba dos imágenes a cada lado y se podía escuchar una conocida melodía sonando al maniobrarla. En la parte inferior, una inscripción había sido añadida, con las palabras: “Te amamos, Katie. Nana y papa 25/01/16”.
Claramente, la bola de nieve había sido hecha a mano y diseñada especialmente para la pequeña niña de la foto, por sus abuelos, los protagonistas de la otra foto. Entonces la pareja supo qué debían hacer con esa artesanía tan valiosa…
Un nuevo misterio
Ivelise tenía muy claro lo que quería hacer: hallar a sus dueños para devolverles tan preciada pieza, y afortunadamente contaba con la ayuda de su novio Rico para cumplir con el cometido.
Era evidente que para aquel hombre, la bola tenía un valor especial y esta pareja de novios estaba dispuesta a cumplir con la misión imposible de encontrarlos y hacerles llegar el paquete. Pero la realidad es que hallarlos no es tan fácil como decirlo. ¿Por dónde empezar?
Misión imposible
Del dicho al hecho… hay un trecho. Y encontrar a alguien sin prácticamente datos sobre quién es o donde vive, por mucha voluntad que haya, resulta más difícil de lo que suena. Lo único que sabían era el nombre de la nieta y los ápodos por los que ésta llamaba a sus abuelos.
Aunque sí disponían de un dato: el portador del paquete había viajado el mismo día que Ivelise en el aeropuerto de Tampa, Florida. ¿Cómo proceder a partir de esta información?A
Redes sociales
Las redes sociales han evolucionado mucho desde sus inicios, y hoy en día son una fuente de información a la que todos tienen acceso. Así es que Ivelise optó por compartir esta historia en su perfil personal de Facebook, compartiendo un archivo fotográfico del aspecto de las bolas de cristal.
Lamentablemente, su lista de amigos no era precisamente la más abultada posible, lo que limitaba la exposición potencial de la información.
Público limitado
Si bien los detalles eran algo pobres, esta mujer contaba con un montón de personas dispuestas a compartir la publicación. Lo que Ivelise y Rico pensaron que sería una publicación de Facebook, con algunos ‘likes’, algunos comentarios de apoyo, y una exposición de unas cientos de visitas, terminó siendo algo totalmente diferente.
No podían imaginarse qué tan lejos llegarían en su meta de dar a conocer esta información. ¡Nunca subestimes el poder de Internet!
Sensación viral
Lo que había comenzado como un inocente proyecto de reencontrar a una persona y su objeto perdido, pronto se convertiría en una sensación viral. Miles de personas habían visualizado la publicación, compartiéndola hasta el cansancio, con le objetivo de encontrar a la persona indicada.
En una semana, la publicación había sido compartida un total de 48 mil veces. No obstante, no hay que olvidar el tamaño de Estados Unidos y los muchos millones de personas que lo habitan.
El contacto más insólito
La exposición de la publicación siguió creciendo durante las siguientes semanas, pero la pareja seguía sin dar con la persona que estaban buscando. Ni siquiera aspiraban a encontrar al individuo en concreto con el que se cruzaron en el aeropuerto, se conformaban con un simple pariente, amigo o conocedor de la historia.
Curiosamente, la primera persona relacionada de la que oyeron, fue la que menos esperaban. Era la empleada de una tienda de regalos, cuyo testimonio cambio el rumbo de esta historia.
La búsqueda del tesoro
A partir de entonces, comenzó una búsqueda del tesoro de lo más inesperada. La empleada en cuestión, trabajaba en una tienda llamada Things Remembered, y recordaba con exactitud aquel modelo, aunque no había sido ella quien lo hubiera vendido.
Con las fotografías del producto, esta empleada se comunicó directamente con fábrica, para saber si desde allí podían aportar algún dato importante que pudiera ayudarlas a identificar a quién hubiera realizado aquella compra. Y vaya si les respondieron…
Premio gordo
Después de todas esas idas y venidas y llamadas constantes de un lado para el otro en búsqueda de alguna respuesta, llegaron a un nombre. Se trataba de Linda Modry, quien había solicitado una bola de nieve a medida para su pequeña nieta de 5 años.
Era su hijo, el padre de la pequeña, el que se había visto obligado a tirar el paquete en el aeropuerto. La dulce Katie quedó muy triste al conocer la historia. Pero el final aún no había llegado…
Toma de contacto
La empleada pidió permiso para facilitar a la joven el número de la clienta, y le fue concedido. Afortunadamente, Linda vivía cerca de Ivelise, así que devolverse la preciada bola sería algo fácil de conseguir.
En cualquier caso, para ese entonces la historia ya se había vuelto viral y habían varios medios interesados en capturar el emotivo momento. Nuestra protagonista estaba a punto de descubrir que había realizado un acto noble junto con la persona adecuada.
Amor de familia
Un detalle más que a Ivelise le sorprendió conocer, fue que la fecha inscripta en la parte inferior del regalo hacía referencia al momento el que que Katie se convirtió oficialmente en miembro de la familia.
No se trataba de su cumpleaños, sino de su adopción. Estos abuelos querían que ellos supieran que, para ellos, ella era parte de la familia y siempre la querrían como la nieta que era. ¡Era una hermosa declaración de amor y unión familiar!
Momento emocionante
Linda abrió su puerta con un gran ramo de flores para su salvadora. Ambas se fundieron en un emotivo abrazo, pese a ser completas desconocidas. Linda explicó que aquella bola de nieve era para el cumpleaños de su pequeña nieta. Y entonces Linda hizo algo completamente inesperado.
Saco su teléfono, marcó a su hijo y hablo con él y su nieta en manos libres para que todos participaran de la conversación. La alegría de la pequeña emocionó a Ivelise hasta las lágrimas.
Las buenas acciones tienen su recompensa
No hay nada más reconfortante que la prueba indiscutible de que una buena acción tuvo el resultado esperado. Como es el caso de Ivelise, que en su afán por ayudar a un desconocido, consiguió hacer feliz a una niña que, al otro lado del país, esperaba con ilusión el regalo que sus abuelos habían diseñado para ella.
Fue la voz de la niña lo que finalmente le hizo saltar las lágrimas, para cerrar con broche de oro aquella experiencia inolvidable.
Historia viral
Todo aquello dejó un estupendo sabor de boca en Ivelise, que tras ello sintió la necesidad de compartirlo con sus seres queridos y amigos de facebook. Y es que, ya que había utilizado la red social para encontrar a los dueños del paquete, también quería actualizarlos sobre el final de la historia.
FUENTE: BRAIN SHARPER