Anoche entendí algo con absoluta claridad. Dua Lipa no es solo una cantante pop, es un espectáculo completo.
Tuve la fortuna de vivir su segundo concierto en el Estadio GNP y salí con la certeza de que estamos frente a una artista que domina cada centímetro del escenario con naturalidad, humildad y un carisma que se siente real.
Dua tiene una voz potente y privilegiada, baila con una precisión hipnótica y canta con una presencia que no se finge.
A eso se suma algo que en este tour se ha vuelto parte esencial de su encanto: habla español con una soltura admirable y lo usa para crear una cercanía genuina con el público.
La hemos visto conectar de Argentina a México, incluir canciones locales e invitar artistas de cada país como un gesto que se percibe honesto, respetuoso y profundamente generoso.
México, por supuesto, tenía preparadas sus propias sorpresas. La primera fue escucharla cantar Bésame mucho, un guiño elegante a nuestra memoria colectiva.
La segunda, todavía más electrizante, fue cuando subió al escenario a Fher de Maná para interpretar Oye mi amor. Ver a Dua y a Fer compartir micrófono fue una postal que parecía imposible y que, de pronto, estaba ocurriendo frente a miles de personas.
Él disfrutó la invitación con una sonrisa contagiosa y nosotros lo vivimos como si esa canción hubiera nacido de nuevo.
Algo que también se celebró fue la manera en que arma su concierto sin dejar huecos emocionales. Cambia de ritmo, de atmósfera y de energía sin romper el hilo, llevando a la audiencia del éxtasis a la intimidad y regresándola al baile en segundos.
El espectáculo fluye con una narrativa clara y una producción que acompaña sin eclipsarla. Aquí manda ella y se nota.
De un setlist tan sólido, estas fueron las diez canciones más conocidas que desataron los mayores coros y que, sin duda, definen esta etapa de su carrera:
- One Kiss
- Levitating
- Physical
- Break My Heart
- New Rules
- Dance The Night
- Don’t Start Now
- Houdini
- Be the One
- Love Again
Y todavía hay más por vivir. La siguiente fecha será el 5 de diciembre, completando así tres noches en Ciudad de México los días 1, 2 y 5 de diciembre. Cada función tendrá invitados distintos y canciones sorpresa, un lujo que convierte cada presentación en un evento irrepetible.
Dua Lipa vino a México a conquistar con talento, respeto y cercanía. Y la ciudad respondió como sabe hacerlo: cantando, bailando y guardando en la memoria una trilogía de noches que ya forman parte de la historia musical del 2025. Si tienes la oportunidad de estar ahí, no lo pienses.
Y como si todo esto no fuera suficiente, también ha demostrado su amor por nuestro país de una forma deliciosa y muy a la mexicana.
Dua abrió una taquería pop up en la colonia Condesa llamada “La Dua”, que estará abierta únicamente durante cinco días. Un gesto cercano, simpático y lleno de cariño hacia México que confirma que esta visita va mucho más allá de los escenarios.
Si puedes ir al concierto, hazlo. Si tienes oportunidad de visitar la taquería, todavía mejor. Y cuando lo hagas, vuelve a Vivid Stage y cuéntanos qué tal están esos tacos, porque esta historia merece vivirse completa, con música, con emoción y también con sabor.
Vivid Stage no solo te recomienda este concierto. Te invita a vivirlo, a sentirlo y a saborearlo. Regálate esta experiencia que no se mide en canciones, sino en recuerdos. Porque hay noches que no regresan, pero se quedan contigo para siempre y esta, sin duda, es una de ellas.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR
El Cirque Du Soleil llegó al palacio de los deportes con Ovo
