Estamos iniciando diciembre y los problemas en el Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado y Organismos Descentralizados continúan. Se están cumpliendo dos periodos sin que ellos y sus familias puedan gozar del anhelado incremento salarial que bien los ayudaría a mitigar los golpes por la inflación en su poder adquisitivo.
La base trabajadora ya presenta un hartazgo entre sus filas y ha dejado de creer en los diferentes grupos que están peleando por la dirigencia sindical, ya que últimamente está circulando una legítima demanda: realizar una Asamblea General en la que puedan participar todos los que se crean en condiciones de hacerlo y que gane el mejor.
Es decir, apelando al principio de democracia y transparencia sindical, los trabajadores han externado su deseo para que -siguiendo con los estatutos- se convoque a una Asamblea General y pueda destrabarse el problema. Aunque dicen sentirse impotentes debido a que sólo dos actores de los que han presentado amparos se manifestaron al respecto.
Precisamente hoy miércoles Martha Rodríguez y Jhovani Oliver, se presentaron ante el Tribunal de Arbitraje en la 20 Sur para llevar a cabo el desistimiento de sus amparos, pero de nada serviría que solo ellos actuaran en consecuencia si Blanca Gallo, Virginia Meza y otras personas quienes han solicitado amparos persisten en defender sus propios intereses y no los de la base laboral.
Es lamentable que el interés de grupo esté por encima de los trabajadores quienes finalmente son los que conforman el Sindicato y son la máxima autoridad a través de la Asamblea.
Otro aspecto, es la falta de cohesión y unidad, que ha sido la constante en el Sindicato de los Trabajadores del Gobierno Estatal, que junto con los numerosos amparos han empantanado la situación jurídico-laboral que aqueja al sindicato.
Hay que recordar que la inconformidad surgió precisamente por presuntas irregularidades durante la conformación del Comité Electoral para la renovación sindical en 2021. No hay que perder de vista este hecho, ya que en su momento la autoridad laboral se pronunció para que se repusiera el proceso, iniciando una serie de amparos que tienen a los trabajadores en una paradoja ya que pese a ser la máxima autoridad, ya que se traduce en una Asamblea General, continúan en manos de intereses mezquinos que incluso llegan a anteriores representaciones sindicales.
En suma, la falta de representatividad ha sido un lamentable lastre para más de 3 mil 200 trabajadores de base quienes esperan con inquietud y premura que la autoridad competente resuelva en forma definitiva, por ello, desde este espacio hacemos un llamado para que todos se unan y dejen a un lado sus filias y fobias para reivindicar el quehacer sindical.
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