Por: Ilse del Carmen Torre Morales
En México, sólo el 7% de los niños recibe atención educativa en sus primeros tres años de vida y 38 de cada 100, no cursaron preescolar antes de cursar la primaria, así lo revela el estudio Aprender parejo: hacia la construcción de una agenda educativa 2024-2030 (Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey y México Evalúa)
Por ello, urge atender este nivel educativo que ha sido subestimado por décadas, a pesar de que su impacto en el desarrollo de los niños es innegable, como lo confirman la UNESCO y la ONU.
Ambas organizaciones coinciden en la importancia de la educación infantil desde los primeros años de vida, sin embargo, en México, la cobertura de educación inicial o comúnmente conocida como maternal (0-3 años) sigue siendo limitada, y por otra parte el nivel preescolar siendo ya obligatorio, aún hay niños que no asisten.
Los primeros años de vida son fundamentales para el aprendizaje, la socialización y el desarrollo emocional.
¿Por qué es crucial la educación en los primeros años?
La falta de acceso a educación inicial y preescolar puede generar brechas en el desarrollo del lenguaje, la motricidad y la regulación emocional, de acuerdo con la UNESCO, el 85% del desarrollo cerebral ocurre antes de los cinco años, lo que significa que las experiencias educativas en esta etapa tienen un impacto duradero en la vida del niño.
Por su parte, el Banco Mundial revela que los niños que asisten a educación inicial tienen 25% más probabilidades de desempeñarse mejor en la primaria y secundaria (Banco Mundial, 2022).
Así mismo, la ONU advierte que la falta de estimulación temprana puede derivar en dificultades de aprendizaje y menor rendimiento académico en el futuro (ONU, 2021).

Beneficios en todas las áreas del desarrollo
La educación inicial y preescolar no solo prepara a los niños para la escuela, sino que también contribuye a su desarrollo emocional, físico, cognitivo y social de toda su existencia. Aquí algunos de los beneficios más importantes:
• Desarrollo cognitivo: Se fortalece el pensamiento lógico, la memoria y la creatividad mediante el juego y la exploración.
• Habilidades sociales: Aprenden a compartir, esperar turnos y resolver conflictos, habilidades clave para la vida en sociedad.
• Seguridad emocional: Un ambiente educativo afectuoso fomenta la autoestima y la confianza en sí mismos.
• Hábitos y autonomía: Desde el control de esfínteres hasta la organización del material escolar, los niños adquieren independencia.
• Equidad educativa: La educación temprana reduce las desigualdades sociales y mejora las oportunidades futuras.