Mi nombre es Jorge Parra.
Tuve el privilegio de estudiar la licenciatura en economía en la BUAP, y tengo la fortuna de ser reclutador y desarrollador de asesores financieros y de seguros desde hace más de 10 años.
Considero que mientras mayor es el grado de cultura financiera de una sociedad, más crítica y elocuente se vuelve esta en términos de su desarrollo y gobierno.
En estas líneas me he generado el compromiso de ayudarte a entender la economía y las finanzas desde una óptica sencilla y práctica, para que logres tener un mayor control de tu economía y la de los tuyos, en pro de llevar una vida más cómoda.
Sobre los CETES
Los CETES o “Certificados de la tesorería” son un instrumento financiero perteneciente a una amplia gama de herramientas Gubernamentales mediante las cuales el mismo Gobierno vende una promesa de pago de un capital más una tasa de interés en un tiempo determinado.
De esta manera, el gobierno en turno lanza una cantidad de certificados de la tesorería mismos que le comprometen a pagar en un tiempo establecido una cantidad de dinero que incluye el mismo dinero que se le presto al gobierno más una tasa de interés como pago por haberlo prestado.
Cabe recalcar que, mientras mejor sea la administración financiera de un país, mayor confianza habrá en los inversionistas para adquirir sus promesas de pago. La credibilidad financiera se estima por una calificación que se realiza de cada país, económicamente hablando; lo cual, da más información para la toma de decisiones por parte de dicho mercado inversor.
El país, en este caso México, al lanzar una oferta de CETES controla dinero para financiarse en proyectos a largo y muy largo plazo, mismos que le permitan realizar una serie de obras y que permitan pagar de vuelta con cobro de impuestos por el uso de dichas obras y servicios de Gobierno, a quienes se hicieron acreedores a los CETES. A todo este movimiento se le considera deuda gubernamental, por ende, a los CETES se les considera de forma tradicional como instrumentos de deuda.
Los CETES han tomado revuelo importante después de la crisis financiera por causa de la COVID 19, puesto que el gobierno mexicano se vio obligado a subir como nunca las tasas de interés en el Banco de México para reducir la inflación galopante que se desato en su momento y que a su vez atrajo capitales a largo plazo alcanzando a rebasar el 11% a tasa anual por cete.
No debemos olvidar que las tasas de inversión suelen mencionarse de forma “nominal”, es decir, antes de impuestos e inflación; la tasa “real” es entonces aquella que queda tras restarle dichos componentes y dicho sea de paso, es la tasa que realmente tenemos que tomar en cuenta para decidir por una inversión, pues, al poner un ejemplo del 2022 en el cual la inflación toco máximos de 8% y el cete estuvo en 11.5%, adicionalmente a una tasa de impuestos del 1.2%, la tasa real para dicho momento fue de 11.5 menos 8, menos 1.2, quedando en 2.3% anuales. Suena muy diferente, ¿verdad?
Los CETES tenderán a volver a bajar en el mediano y largo plazo, no puedes tomar una decisión de muchos años de ahorro esperando que se quede la misma tasa pues eso nunca sucederá.
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