Rodeado de su médico, enfermero y equipo cercano Benedicto XVI falleció extremadamente sereno y sonriente
El papa emérito Benedicto XVI falleció el pasado sábado 31 de diciembre a tan solo unos días de que el papa Francisco pidiera orar por su salud. En este sentido, el Vaticano a través de Matteo Bruni director de prensa de la Santa Sede informó que la salud del papa emérito era muy delicada.
Sin embargo, el pasado fin de semana Joseph Ratzinger falleció a la edad de 95 años en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Dicho monasterio, fue el lugar que Benedicto XVI escogió para vivir los últimos años de su vida después de haber renunciado al pontificado en 2013.
En papa emérito considerado como un “Teólogo completo”, falleció a las 9:34 de la mañana hora local de la Santa Sede. Benedicto XVI murió “extremadamente sereno y sonriente” y acompañado de su médico, enfermero y colaboradores revelo Georg Gänswein secretario particular del papa emérito.
Su secretario informo que alrededor de las tres de la mañana, el enfermero de Benedicto XVI logró escuchar en italiano “Signore ti amo”. Convirtiéndose en las últimas palabras pronunciadas con claridad del papa emérito en su lecho de muerte.
La Santa Sede informó que falleció a causa de una obstrucción renal lo que le ocasionó una alta fiebre y posteriormente la muerte. Una vez que murió, le fue informado al santo padre Francisco quien acudió a su lecho a visitarlo y orar por su eterno descanso.
Una vez acaecida su muerte, se instaló la capilla ardiente donde la Santa Sede mostró su cuerpo inerte al mundo. De inmediato personas muy allegas a él comenzaron a visitar su cuerpo para darle el último adiós. En este sentido será hasta el día de hoy 2 de enero que sus restos abandonen Mater Ecclesiae para ser trasladados a la Plaza de San Pedro.
El Vaticano ha informado que se espera el arribo de unos 65 mil peregrinos a la Santa Sede para darle el último adiós a Benedicto XVI. Será el Santo Padre Francisco quien oficiará la misa del papa emérito para que después su cuerpo sea enterrado y no embalsamado como sucede con los papas.
A diferencia de Juan Pablo II, el papa emérito será enterrado sin vestir el Palio, que solo se le colocará en su ataúd. Por último, cabe mencionar que varios líderes mundiales se han pronunciado por el sensible fallecimiento de Benedicto XVI.
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