Sacerdotes homosexuales podrán ingresas a la Iglesia católica bajo ciertas condiciones como las de vivir en la castidad y en el celibato.
La Conferencia Episcopal Italiana (CEI), con la aprobación del Vaticano, ha publicado nuevas directrices que permiten la admisión de personas homosexuales al sacerdocio bajo ciertas condiciones.
Según un documento aprobado “en vía experimental” por tres años por el Dicasterio del Clero para la Conferencia Episcopal italiana, que entró en vigor este jueves, los seminarios italianos podrán admitir candidatos gay, siempre y cuando -y tal como se le exige también a los candidatos heterosexuales-, garanticen el compromiso a “elegir libremente y vivir responsablemente la castidad en el celibato”.
De acuerdo con el documento, se excluye del seminario y del sacerdocio a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyan la llamada «cultura gay».
Sin embargo, se indica que el discernimiento no debe centrarse únicamente en la orientación sexual del candidato, sino en su capacidad para vivir la castidad en el celibato y mantener relaciones interpersonales adecuadas.
Estas directrices reflejan una postura que, aunque permite la admisión de candidatos homosexuales, establece restricciones significativas, requiriendo que no practiquen la homosexualidad ni promuevan la «cultura gay», y que puedan vivir en celibato.
La Iglesia se basa en un texto de la época de Benedicto XVI, que fue ratificado por el Papa Francisco en 2016, estableció que la “Iglesia, aun respetando profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir aquellos que practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o sostiene la llamada cultura gay”.
Es importante señalar que, según el diario Avvenire, las normas sobre la no admisión al sacerdocio de personas homosexuales no han cambiado, y que las directrices actuales reiteran las disposiciones ya existentes.
Este enfoque ha generado debate, ya que algunos consideran que obliga a los candidatos homosexuales a ocultar su orientación sexual, mientras que otros lo ven como una reafirmación de la doctrina tradicional de la Iglesia Católica.
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