La estrategias de Vida Saludable impulsada por el Gobierno Federal, que contempla el retiro de comida chatarra en las escuelas es una medida acertada, sin embargo no se esperan resultados inmediatos y solo se tendrá un impacto real si es acompañado del compromiso en la mejora del alimentación por parte de la familia de las y los niños, advirtió Irma Fabiola Bautista, investigadora de la Facultad de Nutrición de la UPAEP.
«Esta medida es positiva; sin embargo, no se esperan resultados a corto plazo, se podrían tener resultados mínimo en seis meses o que termine el ciclo escolar para llevar a cabo una medición y saber si realmente los alumnos han reducido su talla en base a la alimentación que han recibido» expuso.
La académica señaló que esta política busca combatir el sobrepeso y la obesidad infantil, sin embargo señaló que no bastará con eliminar alimentos ultraprocesados de los planteles, así como todo tipo de frituras como son los chicharrines, papas fritas entre otros, sí las niñas y los niños continúan teniendo acceso de estos productos afuera de las escuelas, tanto en los puestos que se lo colocan en las puertas de los planteles como las tiendas cercanas.
En ese sentido reiteró que para tener resultados de esta estrategia federal para controlar el sobrepeso y la obesidad en los niños se requiere el total compromiso de los padres de familia, al señalar que la política por sí misma no es suficiente.
«Para tener resultados de esta estrategia de vida saludable se requiere el compromiso de los padres de familia para que les preparen alimentación saludable que coloquen en la lonchera de sus hijos que estarán consumiendo en las escuelas, y al mismo tiempo modificar la alimentación en casa» aseguró.
Al mismo tiempo señaló que esta política requiere acciones complementarias como la revisión de los entornos alimentarios ya se adentro fuera de las escuelas donde se venden alimentos altamente calóricos como son las tradicionales tortas de milanesa o de chorizo, así como los alimentos procesados como son galletas, pastelitos, refrescos entre otros que se venden en las tienditas cerca de las escuelas.
Con respecto a la sustitución de alimentos que se proponen llevar a cabo en las cooperativas de las escuelas,indicó que cambiar unas papas fritas por otro tipo de fritura aunque se consideren más saludable no resuelve problema de fondo a señalar que la papa y la malanga son lo mismo al señalar que son tubérculos con propiedades similares lo que cambia la forma de preparación y el problema no es el alimento en sí sino su consumo excesivo.
Agregó que lamentablemente los niños consumen en exceso y diariamente todo tipo de alimentos chatarra principalmente cuando salen de sus clases.