jueves, abril 18, 2024
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Por qué los payasos dan miedo, según la ciencia

¿Los payasos te dan escalofríos? No eres el único, y resulta que existe una base científica para la coulrofobia, también conocida como el miedo a los payasos.

La ciencia detrás de la coulrofobia: el miedo a los payasos.

Un extraño disfrazado con pintura de cara chillona, con partes del cuerpo de proporciones incómodas y una inclinación por la risa maníaca… No es sino razón de que muchos de nosotros encontramos a los payasos un poco, emm… inquietantes. De hecho, un estudio empírico realizado por un equipo en Knox College en Illinois encontró que los payasos encabezaban la lista cuando se trataba de profesiones de rango espeluznantes, superando a los taxidermistas (¡toma esto, Norman Bates!).

Incluso hay un término especial par a la condición de ser asustado por los payasos: coulrofobia. La lista de síntomas incluye náuseas, sentimientos de temor, ritmo cardiaco acelerado y, como la mayoría de los niños pueden atestiguar, muchas, muchas lágrimas.

Para empeorar las cosas para Bozo y sus amigos, esos notorios avistamientos de “payasos asesinos” que marcaron el ciclo de noticias del año pasado comenzaron a aparecer de nuevo tras el lanzamiento en pantalla grande de IT, adaptado de la novela de Stephen King del mismo nombre. La película cuenta la historia de una entidad malvada cuya forma preferida es Pennywise el payaso bailarín y cuyo pasatiempo es devorar niños entre sus siestas que duran 27 años.

Si bien podríamos agradecerle a King por agregar payasos a las filas de los íconos del horror más grandes de la cultura pop, él está convencido de que IT no tiene la culpa de hacernos sentir miedo. En un tweet de abril de 2017, King declaró: “Los payasos están enojados conmigo, lo siento, la mayoría son geniales, PERO los niños siempre han tenido miedo a los payasos, no maten al mensajero por transmitir el mensaje”.

Y King puede tener razón, lo dice un estudio científico reciente

Los payasos están diseñados para inquietar.

Es un estudio de la Universidad de Sheffield de más de 250 niños entre las edades de 4 a 16 años, los investigadores encontraron que una mayoría rotunda expresó una aversión por los payasos que forman parte de la decoración del hospital. La Dra. Penny Curtis, quien dirigió el estudio, explicó los hallazgos y señalo que “algunos los encontraron aterradores y desconocidos”.

Según Valerie De Courville Nicol, profesora del departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de concordia, esto puede deberse a que los payasos, por su propia naturaleza, están diseñados para inquietarte. Se desvían de las normas sociales en casi todos los aspectos, rompiendo todas las reglas cuando se trata de un comportamiento y apariencias aceptables.

“Representan mucho de lo que se supone que debe permanecer oculto, son demasiado emocionales, no tienen tiempo y sus relaciones son imprevistas e inusuales”, dice De Courville Nicol. Esa inestabilidad es lo que nos asusta y puede provocar todo tipo de reacciones emocionales desde la risa hasta el terror, explica.

“El payaso pone el mundo al revés, nos muestra lo que es tabú, lo que defendemos contra lo emocional y lo que estamos reprimiendo”, dice ella. “Esto lo hace poderoso en un sentido terapéutico, y como un dispositivo de horror”.

No nos gustan las cosas que son extrañas.

Sigmun Freud teorizó que las cosas que nos parecen extrañamente familiares resultan extrañas, y se refirió a este fenómeno como “lo extraño”. Debido a que los payasos son claramente humanos, pero sus rasgos están muy distorsionados: piensa en la nariz roja, zapatos grandes, sonrisa permanente, etc. Se pueden clasificar como figuras extrañas. Esto se complica cuando los roles normalmente asociados con ellos (entretener a las personas) son subvertidos (matando personas).

“Toda la industria del cine de terror juega con lo increíble”, dice De Courville Nicol. “Toma algo con lo que estamos familiarizados y lo distorsiona o lo coloca en el contexto equivocado”.

Además de esto, está el conocimiento de que debajo del disfraz es una persona real; una que no, y no podemos saber. No es solo la pintura de grasa que oculta la identidad del payaso tampoco. “Los payasos disfrazan sus personalidades, así como sus antecedentes y su voz”, dice De Courville Nicol. “No sabemos con quién estamos tratando, y eso es última instancia produce incertidumbre”.

El psicópata favorito de la cultura pop.

Luego, por supuesto, está el payaso malvado como figura en la cultura popular. Además de Pennywise de IT, los payasos siniestros han acechado la pantalla grande en innumerables formas, desde The Dark Knight con el guasón, hasta Killer Klowns From Outer Space.

Más allá esta Pagliacci, el triste payaso que mata a su esposa, y el payaso triste de la vida real Joseph Grimaldi, cuyas memorias, escritas por un joven Charles Dickens, cuentan la historia de un hombre que se destruye para hacer reír a su público. La simple exposición a estas representaciones culturales del payaso, especialmente de niño, puede preparar el escenario para la coulrofobia en toda regla.

“Si has estado expuesto a representaciones mayormente negativas de payasos, es probable que formes asociaciones negativas”, dice De Courville Nocol. “Se convierte en una cuestión de la fuerza del fenómeno de la cultura pop y los sentimientos que trae”.

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