En diversos círculos políticos y académicos se ha continuado la discusión en torno a si México atraviesa o está a punto de adentrarse en una recesión económica. Este complicado ambiente ha despertado aún más la intención gubernamental de reactivar diversos procesos de política económica a fin de estimular el desarrollo nacional.
El gobierno de México presentó, en este contexto, una estrategia para impulsar el crecimiento económico en 0.7 puntos porcentuales adicionales, con el objetivo de alcanzar un crecimiento del 2.7% en el Producto Interno Bruto (PIB). Las medidas son:
aumentar en un 10% el contenido nacional en las compras gubernamentales, sustituir el 10% de las importaciones manufactureras por producción nacional y estimular la demanda interna a través de programas sociales y fortalecimiento de proveedores nacionales. Además, se proyecta la creación de 700 mil empleos adicionales.
Esta decisión puede contribuir a aprovechar ciertas oportunidades derivadas de la estrategia, entre las cuales cabe señalar:
- El fortalecimiento del mercado interno para incrementar el contenido nacional en las compras gubernamentales y sustituir importaciones, a fin de reactivar sectores estratégicos como la manufactura, generando empleo y reduciendo la dependencia de mercados externos.
- El impulso al consumo interno mediante los programas sociales dirigidos a los hogares que pueden aumentar el poder adquisitivo de la población, estimular la demanda de bienes y servicios y contribuir al crecimiento económico.
- El desarrollo de proveedores nacionales, al fortalecer a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y fomentar la producción local para crear un círculo virtuoso que beneficie a la economía nacional en su conjunto.
Existen, sin embargo, algunos riesgos asociados a la estrategia, como los siguientes:
- Presión inflacionaria, que puede desatarse por la sustitución de importaciones y que podría llevar a un aumento en los costos de producción, ya que los insumos nacionales suelen ser más caros que los importados.
- Desajustes fiscales provocados por el aumento en el gasto público para financiar estas iniciativas, los que podrían afectar la consolidación fiscal, especialmente si no se implementan reformas fiscales que incrementen los ingresos del gobierno.
- Dependencia de factores externos, que pueden reducir la efectividad de la estrategia por la política comercial de Estados Unidos.
La estrategia del gobierno mexicano para estimular el crecimiento económico en 2025 presenta así oportunidades y riesgos, en cuyo balance se cifra el logro de los objetivos. La implementación efectiva de estas políticas, junto con una gestión prudente de las finanzas públicas y una adaptación a los desafíos externos, será determinante para alcanzarlos. Mi correo ricardocaballerodelarosa@gmail.com