La piel se envanece mientras absorbe
pétalos de la arrogancia de una realidad
que se adhiere a las venas en experiencia
pero el sueño
ese fraude de realidad obscena
empobrece la túnica real que portamos.
La mirada lleva hilo y madeja
a los escenarios para darles aquellos tonos
creativos de lucidez que portan las cosas
pero el sueño
ese inviable absurdo irreal
aniquila las composiciones rutinarias.
La armonía en rutas y tonalidades
que se escuchan envuelven los corazones
que mitigan pasos resonantes en las flores
pero el sueño
ese diván que contiene anatemas
engaña y exprime creaciones y quimeras.
La imaginación más amplia y poderosa
en su actitud de anticipar cada libreto
de un futuro rinde al impaciente despertar
pero el sueño
ese desmitificador inoportuno
resuelve en estragos toda proyectiva.
La capacidad de manos y rutinas
de una belleza indescriptible hace del material
lugar de permanencia y respiro eterno
pero el sueño
ese inmovilizar titanes y fantasmas
lleva maniobras y artes al paraíso destronado.
Pobre y abyecto sueño
que nada ofrece al orgullo y que avergüenza
a ángeles y querubines y dioses
¡hay! pero el sueño
castración general de la conciencia
suele ser apenas lecho de caminar maduro. Mi correo es ricardocaballerodelarosa@gmail.com