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Pasaje del Ayuntamiento de Puebla, bello legado francés

Dentro de la belleza que engloba nuestro centro histórico de Puebla, podemos destacar lo  que encierra el «Pasaje del Ayuntamiento», que en algún momento fue nombrado como «Pasaje Francés».

En revista Única te presentamos unos datos interesantes de este lugar ubicado en la entrada y salida del Pasaje del Ayuntamiento, ubicado entre las calles 2 Oriente y Juan de Palafox y Mendoza.

El Pasaje

Este pasaje fue ideado con la construcción del primer Ayuntamiento de la ciudad en el año 1536. Pero fue un año después cuando tomó forma de callejón, al dividir el edificio del Ayuntamiento del Portal Hidalgo, que en ese entonces se llamaba «Portal de la Audiencia».

Más tarde fue conocido como el «Callejón de la Carnicería», por la instalación de un establecimiento de este tipo en la otra salida del callejón. Por este motivo tuvo diferentes nombres como: «Callejón de la Alhóndiga», «Callejón de la Cárcel» y «Callejón del Teatro».

Para el año 1901, se le adecuaron los cristales por los que se reconoce a este espacio, y fue ahí cuando se le nombró «Pasaje del Ayuntamiento», aunque popularmente se le conoce como «Pasaje Francés».

¿Qué usos tuvo el pasaje?

Fue una capilla para que los regidores fueran a misa antes de entrar al Palacio, más tarde se convirtió en un lugar donde se vendía: trigo, harina, maíz, cebada y semillas.

En 1835 ya era el callejón de la cárcel, por su cercanía con la del Ayuntamiento, hasta que la prisión se convirtió en teatro y el callejón en la entrada de los actores que daban función.

Al final, al conectar con la 2 Oriente había una casa que fue derrumbada y sólo quedan los balcones de la casa del alcalde, construida, ahí, junto al Palacio de Charlie Hall.

Personajes que transitaron

Este pasillo ubicado en el Portal Hidalgo, fue transitado por los emperadores Carlota y Maximiliano, pero también lo recorrió el presidente Porfirio Díaz

Uso actual

Actualmente tiene su vocación comercial, desde temprana hora, los voceadores extienden sobre sus pisos los periódicos locales y nacionales sobre ellos, los acomodan antes de ir a venderlos a los diferentes puntos de la ciudad. Más tarde se abren las cortinas de negocios con dulces típicos, los peluches de todos los tamaños, una casa de cambio y el hotel Alhóndiga que albergó uno de los bailes del virreinato más concurrido por el cumpleaños de la emperatriz Carlota.

Pasaje del Ayuntamiento pelladini

Vitral creado por: Claudio Tranquilino Pellandini

Se trata de un llamativo vitral en colores azul y verde, con un escudo de la ciudad de Puebla, el cuál fue elaborado por el empresario Claudio Tranquilino Pellandini, quién se dedicaba a la importación de cristales franceses.

Cabe recordar que nuestro estado, fue productor de vidrio, una vez que los franceses y otros extranjeros decidieron instalar sus comercios y fábricas después del periodo de la Independencia en México.

El trabajo de Pellandini puede apreciarse en varias iglesias y recintos culturales del estado y fuera de él, como el que se observa en el Museo José Luis Bello y González y el del Centro Mercantil de la Ciudad de México, el Salón de los Embajadores de Palacio Nacional, el Castillo de Chapultepec, el Gran Hotel de la Ciudad de México, nuestro Palacio Municipal de Puebla y el de Nuevo León.

Pasaje del Ayuntamiento2

¿Quién es Claudio Pellandini?

Fue a finales del siglo XIX, que se conoce en México a este artista que desarrollaba una técnica antigua para el resto del mundo, pero novedosa para el país: el arte en vidrio o vitral.

En 1893, Claudio Pellandini, de origen italo-suizo, inició su carrera en la Ciudad de México al abrir un establecimiento donde comercializaba marcos, cristales para espejos y grabados artísticos, pero con el paso del tiempo amplió su catálogo para ofrecer papel tapiz importado, herramientas para pintores, molduras y más.

Comercializaba artículos originales y llamativos para la aristocracia mexicana, lo que le hizo tener esa fama. Uno de sus productos era el vidrio Saint-Gobain, importado desde Francia, además de espejos venecianos. Poco a poco, Pellandini pasó de ser comerciante a fabricante de piezas artísticas, y comenzó a utilizar el cristal para diseñar vitrales que ganaron mucha popularidad en la arquitectura de la época.

Logró instalar su fábrica de 12 mil metros cuadrados, en 1895, donde desarrolló técnicas artísticas/decorativas para la producción y reproducción de esculturas de mármol, bronce y terracota, acuarelas de artistas famosos, y grabados y fotografías de alta calidad, usaba maquinaria de Europa y Estados Unidos. Con ello creo 200 empleos, para operar las 27 maquinas.

Por la fragilidad del vidrio, su técnica artística, la composición química de la época y los detalles terminados a mano, los vitrales de la fábrica Claudio Pellandini son obras irrepetibles que han dejado una huella histórica en México, y que dan fe también de la participación de Saint-Gobain en el desarrollo de distintas expresiones artísticas, además de la arquitectura.


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