La palabra participar, significa tomar parte en algo o recibir una parte de algo. Compartir, tener las mismas opiniones e ideas que otra persona. Una palabra sin duda enérgica, que encierra un gran compromiso con nosotros mismos, que nos convoca a conocer sobre un hecho o ideología, y saber si estamos listos para sacudir los viejos pensamientos.
Viene a mi mente la pregunta: ¿Por qué es bueno participar?, porque no hacerlo causa un deficiente compromiso con nuestra forma de ver el mundo y tampoco es de ayuda para cada uno de nosotros como individuos y me refiero en sí a todas las actividades que realizamos los seres humanos.
Personas desinformadas y que no se enteran de nada, son más fáciles de manejar, un ejemplo es la política: supongamos que una persona quiere ser alcalde de una ciudad y el 70 por ciento omitió participar en las votaciones y sólo ganó con el 30 por ciento, lo cual quiere decir que la mayoría está inconforme pero no hizo nada para cambiar dicha situación.
Es así como la vida funciona, como el mundo se compenetra, no esperemos que sucedan grandes cambios, si nuestra apatía y falta de compromiso con determinada causa –la que ustedes arropen y decidan- nos domina.
En otro sentido, pero que finalmente también implica participar, son los festejos navideños en este mes decembrino, convivir con los amigos, con la familia o con los compañeros de trabajo representa el valor de intercambiar deseos, sentimientos y afectos que están presentes siempre, sin embargo, es en esta fecha cuando valoramos a quienes nos rodean.
Para su servidora participar del vino y la sal, es la oportunidad de que nos sorprenda la vida, es permitirnos conocer y agradecer a las personas que durante el año estuvieron presentes, es retribuirle a la vida que estamos vivos, que pese a los obstáculos, a las presiones, a los sinsabores y a las pruebas, tenemos el gran Don de la vida.
Por ello, este 2022 inciemos el año con esperanza y optimismo, con la certeza de que cosas buenas y hermosas vendrán, intentemos arrancar de raíz las viejas creencias que nos anclan y nos paralizan. Estoy completamente segura que si hacemos este ejercicio, Dios y el Universo, atraerán a las personas idóneas para alcanzar nuestros sueños.
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