Seguramente hoy será un día histórico para Puebla pues es casi un hecho que se apruebe en el pleno, la legalización del aborto.
El tema refiere una desgastada polémica que más allá de los tabúes obliga a mirar la realidad de los contextos totalmente diferentes a los que hace tres décadas se enfrentaban en la entidad y en el país.
Ha sido muchísimo el trabajo de activistas y colectivos que hace tiempo han visibilizado la importancia del respeto para que nosotras, las mujeres, ejerzamos el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo.
Resulta desgastante escuchar las posturas extremas que se inclinan hacia una moralina en desuso y religiosidad que no tiene por qué aplicarse a todas las mujeres.
Evitar la criminalización de la mujer que decida interrumpir su embarazo hasta las 12 semanas de gestación es fundamental. La legalización del aborto no implica hacer un llamado a la interrupción masiva de embarazos, de manera primordial es garantizar los derechos que tenemos las mujeres para tomar una decisión que nos compete sólo a nosotras, sin que eso implique que vayamos a prisión.
Los pronunciamientos de la derecha poblana representada por el Partido Acción Nacional se hicieron presentes, así como los de sus brazos externos que operan en nado sincronizado a través de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y la Arquidiócesis de Puebla.
Insistir en criminalizar socialmente a las mujeres que tomen la decisión de interrumpir su embarazo, es aplicar principios y fundamentos que están fuera de la realidad actual que enfrentan miles de niñas, adolescentes y mujeres en el país.
Es verdad que la educación sexual es fundamental para que la prevención sea un antídoto que frene los riesgos de embarazos no deseados.
Pero, por otro lado, era urgente para Puebla dar un gran paso y legalizar el aborto como una indiscutible medida de salud pública.
Varios fueron los comunicados que sobre el tema se fueron emitiendo para descalificar el rumbo de la votación que se consolidó en las comisiones del Congreso del Estado.
La actitud del diputado morenista Fernando Sánchez Sassia confirmó que en nada concuerda con la agenda de su propio partido, pues se abstuvo de emitir su voto.
Es totalmente desatinado señalar que habrá damnificados políticos por respaldar la aprobación del aborto legal en Puebla.
Más allá de partidos y colores, las agendas moradas no sólo deben incluir el combate a la violencia de género, sino también la no criminalización de la interrupción del embarazo, como dos principios fundamentales, para que las mujeres tengan una autonomía real sobre sus decisiones de vida, sin que ello implique etiquetarlas o juzgarlas socialmente.
La doble moralina la conocemos muy bien en Puebla.
Y es que a varias conocidas familias poblanas les da escozor el tema por sentirse impolutas e incorruptibles.
En la década de los 80´s en los conocidos colegios de señoritas poblanas comandados por religiosas, estallaban los escándalos de esa época donde los embarazos tempranos de adolescencia también eran una situación que muchas de las hoy defensoras de la vida, enfrentaron. Y hay que decirlo, las familias de las señoritas poblanas, decidieron que no era momento de ser madres.
A esta recalcitrante crítica hay que refrescarle la memoria, pues uno de los destinos más visitados por ellos y por sus hijas, era Houston, y no precisamente para ir de compras, sino para acudir a realizar interrupción de embarazos que frenaran los escándalos “sociales” en una Puebla altamente conservadora.
En tanto, la Arquidiócesis poblana hizo su chamba y en un comunicado reprobó lo que es casi un hecho: Legalizar la interrupción del embarazo en Puebla.
A los señores de la iglesia se les olvida que antes de criminalizar a una mujer, ellos también tienen como gran deuda social, atender y señalar a verdaderos abusadores de niños y adolescentes quienes, desde hace años, han levantado la voz para señalar a sus agresores que justamente se encuentran dentro de esa iglesia que hoy vuelve a ser tan retrógrada como hace siglos.
En unas horas, el Congreso del Estado de Puebla sesionará para concretar lo que se aprobó en Comisiones y abrirá un nuevo camino de autonomía y decisión para las mujeres en Puebla. Que así sea.
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