¡Hay tanto pueblo y gente, tanta violencia y ternura en el besar, tantas cúspides y barrancos, que si alguien besa se besa y besa a la humanidad!
¡Cuánta promesa si se besa!
Pero también cuánta desdicha se deja atrás. Ojos tristes que no serán colmados, llagas que no sanarán, abrazos sin talento de ser, caricias vanas, recetas que no nutren, racimos sin perfume, árboles truncados por la fuga de hojas, palabras que no sellan ni mejillas, bocas y labios.
Sin embargo, más delante qué cantidad de futuro, qué proyección sin tiempo ni voz, qué lozana pérdida de memorial para dar rienda suelta a la creación, la oportunidad, el momento que dibuja apenas sus contornos en la superficie que nos invade sin sentir.
¡Besar me hace falta, besar nos hace besar, la humanidad necesita del ósculo humanitario!
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