Actualmente el discurso del gobierno en curso ha hecho referencia a la gratuidad y obligatoriedad de la educación superior. Es interesante este planteamiento ya que en teoría para que esto sea posible, un factor de suma importancia es el financiamiento, sin embargo, en lugar de que este haya incrementado en los últimos años ha sucedido lo contrario como lo indican Moreno y Cedillo (2021).
Los autores mencionan que, lejos de que esta propuesta sea una política pública, únicamente es una buena intención sin posibilidades en su ejecución. Ante los problemas desatados por la pandemia, se esperaba una formulación y reformulación del financiamiento de instituciones de educación superior.

El rezago y la poca o nula inversión continúan y continuarán, ya que el peso y relevancia de la educación, la ciencia y la tecnología cada vez van disminuyendo, Moreno y Cedillo (2021) afirman que, esta situación pareciera no ser una prioridad nacional, pues mientras otros campos crecen, la educación se ve rezagada. Si se dice que las políticas públicas están para calibrar, ajustas y corregir, la pregunta sería ¿en dónde las hemos olvidado, en dónde están? Si se analizan las cifras sobre los presupuestos brindados, en especial a la comunidad científica, a simple vista pareciera que son los que más se han visto beneficiados. Pero como bien lo señalan Moreno y Cedillo (2021) lo ganado no recupera lo perdido en los últimos cinco años.
El gasto público federal en ciencia, tecnología e innovación continúa siendo insuficiente. La política pública de hoy quiere funcionar sin las herramientas necesarias, ¿por qué si el discurso plantea la obligatoriedad y gratuidad de la educación superior disminuyó por primera vez en 20 años a 31 000 estudiantes y a 109 000 jóvenes de primer ingreso? Sin duda la pandemia ha afectado en estas cifras, sin embargo, también es el resultado de la ausencia de mecanismos por lo que el panorama pinta continuar con esta tendencia en donde entra en juego, la calidad, relevancia y permanencia según Merino y Cedillo (2021). La política pública es todo, menos pública ¿en beneficio de quien o quienes se decide y actúa?

La obligatoriedad y gratuidad de la educación es un reto para todo el sistema educativo y los que somos parte de él. La administración actual hace hincapié en la excelencia, pertinencia y equidad ¿de qué manera el gobierno federal, los gobiernos estatales y las instituciones educativas impulsan estas iniciativas? El privilegio de ser partícipe y gozar del derecho a la educación, no es más que eso, un privilegio. Solo unos cuantos pueden tener acceso, solo unos cuantos cuentan con el financiamiento necesario, solo unos cuantos están capacitados, solo unos cuantos velan por el bienestar de la sociedad; mientras que otros velan por sus intereses. ¿Cómo hacer del Sistema Nacional de Educación Superior, sus subsistemas e instituciones que lo conforman, un centro que vele por el bienestar y desarrollo integral de los estudiantes, sin perder de vista los retos económicos y políticos que enfrenta el país? ¿cómo hacer de la educación una prioridad nacional? ¿qué responsabilidad debemos asumir para que esto sea posible?
Por: Mariana González
Fuente de consulta
Moreno, C.I., & Cedillo, D. (2021, septiembre). Educación superior, ciencia y tecnología en el PPEF 2022: avances, rezagos, perspectivas. Nexos, Consultado en: https://educacion.nexos.com.mx/educacion-superior-ciencia-y-tecnologia-en-el-ppef-2022-avances-rezagos-perspectivas/ .
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