En la zona de los Fuertes de Loreto y Guadalupe donde se va a construir el nuevo Congreso, no hay indicios de vestigios arqueológicos ni de construcciones subterráneas (túneles) que hayan sido detectados en la superficie donde se hará la construcción legislativa, señaló el delegado.
El delegado del centro regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Manuel Villarruel, señala que la construcción de la nueva sede del Congreso no dañará la imagen histórica de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, por eso un grupo disciplinario trabajo en México para autorizar las obras y fue necesario modificar el 70 por ciento del proyecto que presentó el Gobierno del Estado.
Se sabe que en la zona de los Fuertes se habla de túneles que habrían servido de resguardo de tropas, de comunicación o de otra razón que se habrían hecho en el siglo 19, pero en la zona de la cima para unir los Fuertes, pero nada donde estará el Congreso donde solo había un hoyanco que se presume fue cantera de la que se extrajo una gran cantidad de material que se utilizó tal vez en la colonia para la construcción de la ciudad.
Por eso ahora con el proyecto de la sede legislativa, se aprovechará ese hueco, donde con el tiempo solo había maleza y basura que se tendrá que retirar y aprovechar esa ladera.
El centro regional del INAH estará vigilante de que la obra cumpla con las especificaciones sustentables. Se estima que no habrá vestigios arqueológicos o antropológicos, a la mejor algún vestigio de la batalla del 5 de mayo.
