¿Quién asesora al gobernador Sergio Salomón Peregrina?
La pregunta no es trivial y recobra importancia frente al desafortunado acto celebrado hace unos días en «La marranera» (Casa Aguayo) donde se les ocurrió inaugurar una sala con las fotografías de quienes han sido Secretarios de Gobernación en Puebla.
Al acto fueron convocados varios ex titulares de esta cartera, así como el propio gobernador electo Alejandro Armenta.
De ser un acto propiamente «lucidor», pasó a exhibir el tremendo resbalón cometido por el gobierno de Sergio Salomón Céspedes, al colocar en esa pared, las fotos de Javier López Zavala, presunto feminicida de Cecilia Monzón y la foto del ex gobernador Mario Marín quien permanece en prisión enfrentando cargos de tortura en contra de la periodista Lydia Cacho.
Las fotografías enviadas por la propia área de comunicación gubernamental, exhibieron muy festivos al actual Secretario de Gobernación, Javier Aquino y a su amigo de varias batallas, el Gobernador Salomón.
La imagen de estos dos personajes es una afrenta social donde la pregunta abierta para el gobierno poblano es qué tanto se resguarda la imagen y memoria para dos desafortunados personajes que están en prisión enfrentando cargos de parte de dos mujeres que visibilizaron temas de violencia, redes de trata, acoso y tortura para periodistas.
¿De quién fue la errática idea de colocar las fotos de un presunto feminicida y un torturador?
Para complementar la perla periodística, se nota que el mismo errático asesor le midió mal el manejo de contención al mandatario, quien salió a decir que “la historia no se puede borrar”.
Y claro que no se borrará, ya que él mismo, pasará a ella, como el gobernador que ensalzó las figuras deleznables de dos políticos cuya imagen no merece estar en un salón de honor.
A todos los desaciertos antes citados, se sumó la molestia e indignación de Helena Monzón, hermana de Ceci, quien a través de sus redes sociales condenó el acto, señalando el tremendo error gubernamental.
También habría que preguntarnos dónde están las supuestas feministas que a la menor provocación salen en defensa del género. Hoy varias de ellas, están del mismo lado gubernamental. Algunas cobrando en la misma Secretaría de Gobernación y otras empujando los negocios familiares para conservar el hueso.
La simulación y el silencio también son complicidades que advierten oportunismo para callar en situaciones tan vergonzosas como la impulsada por el gobierno estatal.
¿A quién le importa un salón dedicado a los Secretarios de Gobernación poblanos? Pues si la memoria no nos traiciona, desde la llamada “Marranera”, varios de ellos operaron no para el Estado, sino para consumar sendos actos de corrupción.
Que la “Marranera” los redima.
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