Con una clara influencia en productores de Teziutlán, la Facultad de Ingeniería Agrohidráulica de la BUAP le apuesta no solo a la formación de recursos humanos, sino a la generación de conocimiento sustentado en la investigación científica que combina los saberes tradicionales con la transferencia tecnológica. De esta práctica nace LixiBUAP y LombriBUAP, productos que proporcionan nutrimentos al suelo y a los cultivos, en un esquema de sustentabilidad.
Estos desarrollos se basan en la técnica del lombricompostaje y se ofertan en sus presentaciones sólido y líquido. Se producen en esta unidad académica desde hace más de una década, lo que ha permitido que productores de la región de la Sierra Nororiental reduzcan el uso de fertilizantes en sus cultivos, además de elevar sus rendimientos.
El producto se ha probado en cultivos de aguacate, fresa, plátano, frambuesa, jitomate, lechuga, chile, plantas medicinales, aromáticas, árboles frutales, maíz y algunas leguminosas, entre otros.
Las lombrices, los intestinos de la tierra
Aristóteles en su obra Investigaciones sobre los animales destacó el papel que tiene la lombriz en la naturaleza, llamándola el intestino de la tierra por su movilidad dentro del suelo y por los beneficios evidentes que representa. Por ejemplo, este anélido es uno de los actores principales en el proceso de lombricompostaje.
La lombricomposta es, por lo tanto, un producto formado por las excretas o turrículos que se generan de la digestión natural de las lombrices composteadoras. Es un producto estabilizado -sin lombrices-, con un pH neutro que se encuentra libre de patógenos, pesticidas y metales pesados. Tiene un olor a tierra fresca y su coloración es casi negra, con ligereza y porosidad.