En Puebla existen varias leyendas de lugares muy conocidos, por donde transitamos a menudo, pero que pueden esconder toda una leyenda o una realidad. Así que hoy te platicaremos de la Leyenda del Puente de Ovando.
Se dice qué en el siglo XVIII, la familia Ovando era una de las más acaudaladas de Puebla, tan es así que el patriarca mandó a construir un puente para cruzar el río San Francisco y unir su casa, ubicada en al ahora barrio de Analco.
Historia de amor sin final feliz
El señor Ovando tenía una hija que se enamoró de un joven que no pertenecía a su clase social y se oponía a esa relación. Y ante la negativa del padre por aceptar su unión, la joven decidió entregarle su virginidad a su amado, para que su padre se viera obligado a casarlos y evitar el escándalo.
Sin embargo, el hermano de la señorita encontró a la pareja en el acto, por lo que se enfrentó al hombre que había manchado el honor de su familia.
La leyenda señala que en el hermano intentó disparar contra él enamorado, pero su hermana se interpuso y la mató en el acto; el hermano no se detuvo hasta acabar con la vida del joven enamorado.
En esa época se trataba de un ‘crimen de honor’, por lo que el noble no fue procesado por el hecho. Sin embargo, poco tiempo después fue hallado muerto en un callejón. Se dijo que los responsables eran los familiares de su víctima, pero nadie pudo comprobarlo.
Esta trágica historia familiar, provocó que Don Ovando cayera en depresión, se refugiara en el alcohol, y en sus salidas nocturnas caminaba por el puente para llegar a su casa.
El espíritu deambula por el puente
Los vecinos de la zona, aseguran que un día, una mujer se le acercó para pedirle una moneda. El señor se negó y ella le espetó: ‘¿Acaso no me reconoces, padre?’.
Don Ovando reconoció a su hija y el horror lo llevó a caer del puente, por lo que murió al instante.
Desde entonces, se dice que quienes pasan por el puente se encuentran a una mujer pidiendo limosna. Quienes, si le entregan una moneda, pueden cruzar sin problemas, para los que la niegan tienen el mismo final que su papá, el señor Ovando.