Biblioteca Centenaria de la SEP nos habla de dos: en este texto sólo me referiré a la menos minuciosa de Juana Inés Dehesa en su libro Panorama de la Literatura Infantil y Juvenil Mexicana.
Quiero comenzar con la premisa de que la lectura es una estrategia de transformación social y desarrollo personal, además de que es un derecho. Un hogar donde se lee, es un lugar donde se tendrá acceso con mayor facilidad a la cultura de los libros. Las personas lectoras podrán ejercitar mejor la tolerancia, la convivencia y el respeto por la diversidad del mundo con les rodea.
Existen varias clasificaciones de las etapas lectoras, Néstor Ramírez Peña, autor del libro: ¿Y si leemos? de la Biblioteca Centenaria de la SEP nos habla de dos: en este texto sólo me referiré a la menos minuciosa de Juana Inés Dehesa en su libro Panorama de la Literatura Infantil y Juvenil Mexicana. Las clasifica en cuatro etapas:
“Para los que están aprendiendo a leer. Historias breves, destinadas a niños que están familiarizados con el alfabeto y son capaces de disfrutar de una narración. También están dirigidas a los niños que tienen la suerte de contar con algún adulto al que le guste leer en voz alta”.
“Los que empiezan a leer. Narraciones de mayor extensión, pero también pequeñas e ilustradas. Este nivel está diseñado para niños que ya pueden leer solos. Poseen una gran dosis de humor, fantasía y problemas cotidianos con los cuales los niños pueden identificarse”.
“Para los que leen bien. Una colección rica y variada para que niños y niñas encuentren su libro favorito. Así descubrirán nuevos géneros e historias, humor, aventuras, amor, suspenso, fantasía e historia y diversas temáticas como la familia, las relaciones humanas y las emociones”.
“Para los grandes lectores, se propone una rica y variada colección que estimula tanto la inteligencia como la sensibilidad de los grandes lectores y de aquellos que quieren llegar a serlo. Exploración por la diversidad de géneros y temáticas, en ella se abordan todo tipo de geografías, hechos históricos, sentimientos y problemáticas juveniles y la condición humana en general”.
Sabiendo lo anterior, formar lectores y dar acceso a la literatura es una actividad que se reconoce cada vez más; actualmente existen muchos programas e iniciativas en favor de la formación de lectores que impulsan diversas instituciones como la SEP, la Asociación Civil IBBY México, el Programa Nacional de Salas de Lectura y la Red de Bibliotecas de la Secretaría de Cultura Federal y del Estado.
El autor de ¿Y si leemos? propone en este texto, actividades y estrategias que pueden aplicarse en diferentes contextos, el hogar, la escuela, los centros penitenciarios, hospitales y cuerpos de seguridad y yo agregaría, asilos y todo aquel espacio del que pueda apropiarse la sociedad para abrazar la lectura.
El autor no lo considera como una receta que no pueda o no deba modificarse, sus sugerencias se basan en los más de 20 años de experiencia con docentes de educación básica de todo el país, con alumnos de maternal a bachillerato y con jóvenes en reclusión para leer en voz alta y hacer mediación lectora.
Por último, quiero comentarles que el autor comparte títulos y breves reseñas de los libros para bebés, niños pequeños, jóvenes y adultos que más le han funcionado en su ejercicio profesional, además de las diferentes formas de clasificar libros para dar respuesta en forma específica al espacio y público que visita alguna sala de lectura.
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