Desde lo más profundo de sus raíces cubanas y con el fuego de los sueños postergados, Lázaro Espín, lanza su más reciente sencillo, una declaración de libertad y autenticidad.
Inspirado desde muy pequeño por el icónico grupo Cubanito 2002, Lázaro Espín encontró en la música una vía de escape y expresión.
Sin embargo, las condiciones de su natal Cuba impidieron que iniciara su carrera desde allí.
No fue hasta el 23 de 2024, ya radicado en Estados Unidos, que finalmente rompió las cadenas y comenzó a construir su camino con toda la pasión que lo caracteriza.
“Nunca hice música en Cuba por las condiciones, pero siempre supe que lo lograría. Ahora, estamos haciendo historia. No ha sido fácil, pero estoy orgulloso de lo que estamos logrando”, comenta el artista.
Su nuevo sencillo —una potente fusión entre el trap latino y el sonido americano— está dirigido a aquellas personas que critican desde la comodidad, pero no se atreven a luchar por sus propios sueños.
Con ritmos bailables, líricas afiladas y un beat que invita a desconectar, la canción promete poner a todos a moverse mientras transmite un mensaje contundente.
Detrás del lanzamiento también hay una anécdota curiosa: una frase del tema no encajaba, lo que llevó a una sesión de estudio “caótica, pero mágica”, como la describe Espín.
El resultado fue explosivo, y como ritual personal, el artista confiesa que siempre le da una manzana a su espíritu antes de cada lanzamiento, en señal de respeto y conexión espiritual.
“Vamos a seguir rompiendo. Lo que viene marcará mi carrera”, afirma convencido. Un próximo lanzamiento está en camino y promete consolidar aún más su nombre dentro de la escena urbana internacional.
Fiel a sus raíces y orgulloso de ser cubano, Lázaro Espín no solo representa una nueva voz del trap, sino un símbolo de perseverancia para toda una generación que busca transformar la crítica en creación.
