Revista Única te cuenta la historia y el significado de los elementos de las ofrendas y altares de Día de Muertos
La celebración del Día de Muertos no es la misma sino se coloca un altar o una ofrenda que es el elemento más representativo de estas fechas, aquí honramos a nuestros seres queridos con todo lo que le gustaba comer y beber.
Se sabe que el origen de las ofrendas de muertos tiene relación con las ofrendas que se añadían a los entierros de los hombres y mujeres mexicas, con los altares que se colocaban en la Nueva España para interceder por las «ánimas benditas o del purgatorio».
En estas se trata de ofrecer a los muertos para dialogar con su recuerdo, con su vida. La ofrenda es el reencuentro con un ritual que nos lleva a rememorar a nuestros seres queridos.
Así que este es un ritual lleno de colorido cuya tradición popular es la simbiosis de la devoción sagrada y la práctica profana. La ofrenda tal y como la conocemos actualmente es un reflejo del sincretismo del viejo y nuevo mundo.
Se recibe a los muertos con elementos naturales, frutales e intangibles donde se incluyen colores, fragancias de las flores, incienso y copal.
Esta tradición del altar se encuentra viva hasta nuestros días, en especial en las zonas indígenas del país. Estas se colocan en las casas a partir del 28 de octubre. Estos son algunos elementos que se deben considerar para recibir a las ánimas:
Flor de cempasúchil
Por su fuerte e intenso tono naranja y es la encargada de llevar a los difuntos a sus casa. El nombre en náhuatl y significa «flor de veinte pétalos», que es la efeméride de la muerte.
Las flores son el símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. Estas adornan y aromatizan el lugar durante el tiempo de estancia del ánima, que al marcharse se vaya contenta.
Especies como el alhelí y la nube no pueden faltar porque su color significa la pureza y la ternura y son las compañeras de las ánimas de los niños.
En muchos lugares de México es una costumbre colocar caminos de pétalos que sirven para guiar al difunto del camposanto a la ofrenda y de regreso.
La flor naranja del cempasuchil o zempoalxóchitl se deshoja, para llenar de color y olor las rutas de las ánimas.
Se tenía la tradición de que el cempasúchil era una planta curativa, actualmente solo sirve para adornar los altares y las tumbas de los difuntos. Por lo que se dice que a lo largo del tiempo la flor fue perdiendo sus poderes curativos.
Sahumerio con copal e inciensos ardientes
Son resinas que se ponen al rojo vivo y emanan fragancias agradables las que purifican los espacios a los que llegan los difuntos. Es de mencionar que el copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses porque el incienso no lo conocían, este llegó con los españoles.
Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Una fragancia de reverencia. Se usa para limpiar el lugar de los malos espíritus y así el alma puede entrar a su casa sin peligro alguno.
Velas, veladoras y cirios
Los antiguos mexicanos usaban rajas de ocote. Pero actualmente se usa el cirio en diferentes formas: velas, veladoras o ceras. la flama que produce es el significa la luz, la fe la esperanza.
Esta es una guía, con la flama titilante para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada.
Varias de las comunidades indígenas piensan que cada vela representa un difunto, esto es el número de veladoras que tendría el altar dependerá de las almas que quiera recibir la familia.
Si el color de los cirios o los candeleros son morados, es señal de duelo; y su se ponen cuatro de éstos en cruz representa los cuatro puntos cardinales, para que el ánima se pueda orientar y encontrar su camino y su casa.
Agua
El líquido es fuente de vida, se ofrece a las ánimas a fin de mitigar su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso. Y además en algunas culturas simboliza la pureza del alma.
Sal
Este es un elemento de purificación, y tiene como función que el cuerpo no se corrompa, durante el viaje de ida y vuelta para el año siguiente.
Fotografías
Las fotografías recuerdan al ser querido al que se le dedica la ofrenda, sin embargo en algunas comunidades se tiene la idea de que estas deben estar escondidas de y solo se pueden ver a través de un espejo.
Esto a fin de que se entienda que el ser querido ya no esta en este mundo.
Alimentos
Los familiares colocan los platos favoritos desde los más sencillos hasta los más elaborados.
El pan. es el ofrecimiento fraternal. La iglesia lo presenta como el «Cuerpo de Cristo». Se elabora de diferentes formas, el pan es un elemento muy preciado en el altar.
El mole con pollo, gallina o guajolote, es el platillo que más se coloca en el altar muchos lugares en todo el país, aunque algunos le colocan barbacoa con todo y consomé.
Los platillos son el banquete que se le prepara a los seres queridos que no se encuentran en este mundo. La comida tiene como objetivo el deleitar al ánima que nos llega a visitar.
Entre las bebidas que se colocan en la ofrenda esta el chocolate de agua. Era una tradición prehispánica la que cuenta que los invitados tomaban chocolate preparado con el agua que usaba el difunto para bañarse, de manera que los visitantes se impregnaban de la esencia del difunto.
Calaveritas de azúcar y otros postres
Puede lucir más linda si colocas calaveras de azúcar o de chocolate, al lado de otros postres como la calabaza en tacha.
Papel picado
El papel es 100% mexicano dentro del altar de muerto, en algunos lugares lo sustituyeron por manteles bordados o por follaje.
Petate
De los muchos usos del petate esta el de cama, mesa o mortaja. Aquí funciona para que las ánimas descansen así como de mantel para colocar los alimentos de la ofrenda.
Según la tradición los altares tiene niveles y dependiendo de las costumbre familiares se usan dos, tres o hasta siete niveles. Los altares que más se usan son los de dos niveles y representan la división del cielo y la tierra.
Los de tres niveles representan el cielo, la tierra y el inframundo, algunos lo refieren como los elementos de la Santísima Trinidad.
Esta es una tradición que posiblemente se puede ir perdiendo debido a los altos costos de los diferentes productos que se colocan en una ofrenda y por muy sencilla tendrá un costo de 1,400 pesos.
Los altares en Huaquechula podrían tener costos que van de los 30,000 a 60,000 mil pesos solo para un altar y algunas de estas familias dan comida el 2 de noviembre por lo que el costo puede aumentar mucho más.
Lo más tradicional
Huaquechula, Puebla se coloca un altar de color blanco con figuras de ángeles y con diversos niveles, que van de los tres a cinco pisos.
La Huasteca veracruzana e hidalguense realizan un altar con un arco de carrizo adornado con flores de cempasúchil, follaje, fruta y pan colgados con una cuerda.
Los pueblos mayas de la Península de Yucatán usan una mesa con manteles bordados u hojas de plátano en donde colocan la comida favorita de los difuntos, como el mucbipollo o tamal gigante de pollo.
Ocotepec, Morelos, se coloca una mesa formando el cuerpo del difunto con su ropa y un cráneo de azúcar, cirios decorados, flores y los alimentos favoritos del ser querido.
Istmo de Tehuamtepec se celebra el Xandu’, que en lengua zapoteca significa «santo»; se colocan altares con arcos hechos de tallo de plátano o caña con frutas, pan y flores.
En Michoacán, especialmente en Janitzio y Tzintzuntzan, se hacen arcos de flores de cempasúchil con dulces de azúcar, frutas, pan y las bebidas favoritas del difunto; estas se llevan al panteón y se realiza la velación durante la noche del uno de noviembre.
Otros lugares en donde se realizan velaciones son Mixquic y San Lorenzo Tezonco en la Ciudad de México, o en Santa Cruz Xococotlán en Oaxaca, la Mixteca Poblana y el Valle de Toluca.
Por esto la fiesta fue catalogada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Imágenes Revista Única
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