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La muerte de Belisario Domínguez contribuyó a la caía del régimen de Huerta

Fue médico, político y defensor de le legalidad en el país

En esta ocasión recordamos al senador Belisario Domínguez Palencia, quien fue asesinado un 7 de octubre de 1913, que fuera médico y político liberal mexicano. En el año de 1913, pronunció un discurso memorable en el Congreso durante la Revolución Mexicana contra Victoriano Huerta, por el que ordenaron su muerte. Su asesinato contribuyó en gran medida a la caída del régimen. Belisario Domínguez nació en Comitán, Chiapas un 25 de abril de 1863.

Fue hijo de Cleofás Domínguez Román, comerciante prospero de la región y María del Pilar Palencia Espinoza, quien era originaria de Guatemala. Su familia era de una posición económica holgada y de corte netamente liberal. Su tío Gregorio Domínguez, murió en el año de 1847 en la batalla contra las fuerzas invasoras norteamericanas. Otro de sus tíos, José Pantaleón Domínguez, fue defensor de Puebla en la batalla de 1862, llegando más tarde a ser Gobernador de Chiapas.

En relación con sus estudios de primaria, los cursó en la escuela privada de su pueblo Comitán. Allí aprendió, entre otros, los elementos básicos de la lengua francesa. Posteriormente, estudió el bachillerato en el Instituto de Ciencias y Artes del Estado en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. En esta institución definió su vocación por la medicina. Para el año de 1879 viaja a Europa con su hermano a seguir su formación en la Escuela de Medicina de la Sobona de París. El 17 de julio de 1889, a los 26 años recibe su título de Médico, Cirujano, Partero y Oculista. El 14 de diciembre del mismo año regresa a Comitán y a principios de 1890 instala ahí su consultorio. Emprende largos viajes para llegar hasta las zonas marginadas y atender a los enfermos.

Durante su estancia en Europa, Belisario Dominguez Palencia adquirió una vasta cultura de las corrientes socialista utópica y positivista, que estaban en apogeo. En diciembre de 1889 regresó a su pueblo, Comitán. Fue recibido con grandes honores porque no era común que un pueblerino se educara en otro país y regresara cargado de innovaciones. Al poco tiempo, contrajo matrimonio con su prima Delina Zebadúa Palencia. Con ella procreó cuatro hijos: Matilde en 1891, Hermila en 1893, Carmen, que murió al nacer, y Ricardo en 1897.

Con el transcurso de los años, el Dr Belisario Domínguez Palencia fue ganando prestigio entre los habitantes de Comitán por sus atinadas intervenciones. La primera persona que atendió en el pueblo fue a su padre. Don Cleofás logró prolongar su vida gracias a una intervención quirúrgica en la vejiga efectuada por su hijo.
En el año 1897, murió su madre víctima de una enfermedad desconocida. Luego, en 1902 fallecieron su padre, una hermana y su esposa.

Como parte de su ejercicio profesional, fundó, junto con su esposa, la Junta Popular de Beneficencia para atender pacientes humildes de su pueblo natal. En 1902 se traslada a la ciudad de México para hacer atender a su prima y esposa, Delina Zebadúa, que está enferma y fallece en 1903. Luego, en 1902 fallecieron su padre, una hermana y su esposa. Entonces ya viudo, el Dr. Domínguez se radicó en la ciudad de México entre los años 1902 y 1905. En el año de 1903 publica y hace circular un escrito titulado “Chiapas” en el que denuncia la miseria de Chiapas por sus malos gobernantes a pesar de sus enormes riquezas y llama a los periodistas a hacer una campaña acerca de las necesidades de Chiapas; en otro escrito similar se queja de la falta de respuesta de los periodistas. En 1904 funda en Comitán el periódico El Vate, en el que publica artículos contra Díaz y el gobernador porfirista de su Estado, e instala una farmacia que nombra “Fraternidad” que ofrece precios especiales a la gente pobre.

Aprovechando su estancia en la ciudad de México a raíz de la muerte de su esposa, el Dr. Belisario Dominguez Palencia, comenzó a dar una voz de alerta respecto a la situación real de su estado, Chiapas. Los objetivos de «El Vate» declarados de este medio fueron, entre otros, la exaltación de las virtudes patrióticas, el resguardo de los intereses de los chiapanecos y la promoción de los grandes valores humanos. Se enfrenta al gobernador Rafael Pimentel ante la incautación del capital del Hospital Civil de Comitán que funcionaba exitosamente y a los pocos días el gobernador regresó los fondos. En 1911 es candidato del Partido Liberal a Presidente Municipal de Comitán y gana la elección. En este cargo es cuando invita al sublevado Juan Espinosa Torres a dirimir la pugna por ubicar la capital del estado mediante una especie de ruleta rusa simultánea, de modo que quien salga vivo de los dos, decida si es Tuxtla o San Cristóbal. Al ser rechazada su propuesta participa en la lucha contra la insurrección.

De su experiencia municipal concluye: “tendrán progreso efectivo los ayuntamientos cuando sean integrados por ciudadanos conscientes, sean libres y que sin tutelas, manejen sus fondos invirtiéndolos en la instrucción pública, donde se ilustre al ciudadano, educándolo en sus deberes cívicos; cuando cada ayuntamiento se preocupe por tener expeditas en su territorio las vías de comunicación y proteja la agricultura, procurando valerse por sí mismo sin esperar como limosna el apoyo del gobierno del estado y mucho menos el federal”…

En 1912 es elegido senador suplente nominado por el Club Liberal Chiapaneco. En 1913 regresa a la Ciudad de México, para instalar a su hijo Ricardo que estudiará preparatoria, y desde los balcones del Hotel Jardín, en la calle de San Juan de Letrán, es testigo de la Decena Trágica y de cómo toma el poder Victoriano Huerta. Se ofrece a curar a los heridos víctimas de esos sucesos. El 3 de marzo muere el senador propietario Leopoldo Gout en la decena trágica y cubre la vacante. Al ingresar al Senado se suma al pequeño número de maderistas que formaban la Cámara Alta. El 25 de abril, Francisco León de la Barra, ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Huerta, solicita la autorización para que a los barcos norteamericanos en Veracruz, se les amplíe el plazo para su permanencia en el puerto.

Domínguez en un incendiario discurso, señala que votará “en contra de la autorización que se nos pide, porque ella es un voto de confianza al gobierno que asesinó al presidente Madero y al vicepresidente Pino Suárez, porque es un gobierno ilegítimo y porque es un gobierno que ha restaurado la era nefasta de la defección y el cuartelazo»

El senador por el estado de Chiapas Belisario Domínguez Palencia desempeñó su cargo por un lapso de siete meses y un día. Durante ese tiempo le tocó vivir situaciones conflictivas por la volatilidad política del país ante una incipiente democracia. Con mucha frecuencia tuvo que tomar decisiones que le hicieron ganar el odio de otros políticos y militares. En la sesión del 16 de septiembre del Senado, rehúsa estrechar la mano de Huerta a pesar de estar en la comisión de recepción. Huerta trata de que pase inadvertido este hecho, apresurándose a entrar al recinto parlamentario entre traspiés que por poco le hacen caer. Para responder al informe que Huerta rindió ante el Congreso este día, Domínguez redactó un discurso que significaba un duro golpe político para el general, pues afirmaba que el texto contenía un tropel de falsedades y pintaba un panorama distinto de la realidad nacional. La disertación no recibió la aprobación del presidente del Congreso, por lo que el senador Domínguez la imprimió e hizo circular por su cuenta a manera de las populares hojas volantes de esa época.

El 23 de septiembre de ese mismo año, Domínguez subió a la tribuna del Senado para llamar asesino y desequilibrado mental a Huerta; y al igual que el discurso del día 16, este fue impreso y distribuido entre la población. Irreductible, el 29 de septiembre exhortó a los legisladores, en un discurso aún más radical que los anteriores, a cumplir con su deber de implantar el orden y para ello solicitaba ser comisionado para pedir la renuncia de Huerta mediante un escrito firmado por todos los senadores. Sabía que esa pretensión lo ponía en peligro de muerte, pero pensaba que era la única manera de volver a la legalidad.

Los discursos que iba a pronunciar en el Senado son vetados por el presidente en turno de esa Cámara, dado su contenido contra Huerta, a quien llama usurpador, asesino, traidor, “vergüenza nacional” y pide su renuncia: “el pueblo mexicano no se puede resignar a tener por Presidente de la República a Victoriano Huerta, soldado que se adueñó del poder por medio de la traición y cuyo primer acto al subir a la presidencia fue asesinar cobardemente al presidente y vicepresidente legalmente ungidos por el voto popular.. Penetrad en vosotros mismos, señores, y resolved esta pregunta: ¿Qué se diría a la tripulación de un gran navío que en la más violenta tempestad y en un mar proceloso, nombrara piloto a un carnicero que, sin ningún conocimiento náutico navegara por primera vez y no tuviera más recomendación que la de haber traicionado y asesinado al capitán del barco? Vuestro deber es imprescindible, señores, y la patria espera de vosotros que sabréis cumplirlo. El mundo está pendiente de vosotros, señores miembros del Congreso Nacional Mexicano, y la patria espera que la honraréis ante el mundo, evitándole la vergüenza de tener por primer mandatario a un traidor y asesino.”.

El 7 de octubre del año 1913, Belisario Domínguez Palencia fue sacado de su habitación en el hotel donde se hospedaba y conducido a otro sitio en donde fue asesinado de varios balazos. Sus verdugos eran un grupo que representaba los intereses de Victoriano Huerta, enemigo político de Palencia. La noche del 7 de octubre (algunas fuentes señalan que en la madrugada del 8), dos hombres lo sacaron del hotel donde se hospedaba. Ya no se supo de su paradero hasta unos días después, cuando su cadáver fue encontrado en una fosa, a la orilla del cementerio de Coyoacán. Este artero crimen provocó un gran clamor público. Posteriormente se supo que fue conducido a una casa ubicada en Tacubaya; ahí es asesinado después de haber sido atormentado por los esbirros de Huerta, Gilberto Márquez, Alberto Quiroz, José Hernández Ramírez y Gabriel Huerta, quienes en las inmediaciones del cementerio de Coyoacán sepultan a flor de tierra el cadáver que habían intentado quemar.

Luego de perpetrado el asesinato, el cuerpo de Belisario Domínguez Palencia fue sepultado desnudo y sus ropas fueron incineradas. Tomó cierto tiempo y muchas pesquisas del resto de los senadores y de sus amigos y parientes para descubrir lo que había pasado.

Su asesinato fue, según los historiadores, el detonante de una serie de hechos violentos. Empezando con la disolución del Congreso y el arresto de muchos diputados, la situación fue escalando hasta desembocar en la caída del régimen de Victoriano Huerta. Décadas más tarde, el Congreso de la Unión del estado mexicano declaró a Belisario Domínguez Palencia mártir de la democracia. Asimismo, dispuso que una medalla de honor llevara su nombre, con la que se condecora a personas que se distingan por su ciencia o su virtud. Esto incluye servidores de la patria o de la humanidad.

Con respecto al discurso que le valió la muerte, era el segundo intento de Belisario Domínguez Palencia de denunciar públicamente en el Congreso el régimen tiránico de Huerta. El presidente del Senado para entonces no quiso que lo pronunciara. Tampoco fue incluído en el Diario de los Debates. Pero él se encargó de distribuirlo en las calles.

La desaparición de Belisario Domínguez da origen a las tormentosas sesiones celebradas los días 9 y 10 de octubre; la diputación chiapaneca solicita una investigación al respecto, la Cámara de Diputados acepta la propuesta, pide la solidaridad del Senado y se declara en sesión permanente. El consejo de ministros de Huerta exige a los diputados que retiren su petición y al negarse, es disuelta la cámara por medio de la fuerza pública y encarcelados 110 diputados. El Senado resuelve su autodisolución. Huerta acusa a ambas Cámaras de convertirse en el peor enemigo del Ejecutivo, porque gracias al asesinato de Belisario Domínguez se rompe la aparente legalidad en que se sustentaba la dictadura.

Sus discursos y su muerte provocan que muchos políticos que consideraban a Huerta una opción mejor que la revolucionaria, rompan con el dictador y que a nivel internacional aumente el desprestigio del gobierno huertista.

Concluye Silvia González Marín: “Belisario Domínguez, con su heroico sacrificio, ganaba para la Revolución la conciencia moral del pueblo mexicano”.

Por decreto publicado el 28 de enero de 1953, su valor cívico es honrado con una medalla que lleva su nombre y otorga a mexicanos distinguidos cada 7 de octubre el Senado de la República.

Lifeder, Relatos e Historias en México y Memoria Política de México

Alejandra Delgadillo
Egresada de la licenciatura de Ciencias de la Comunicación por la UPAEP. Colaboradora en El Sol de Tlaxcala. Reportera de Noticias en Grupo Acir Puebla, donde tenía a mi cargo las fuentes de Salud, Instituciones Asistenciales, Iglesias, Agrarias, Ecología y Empresariales. Participé en el área de prensa de la Delegación del ISSSTE Puebla. Las secciones que escribo son: Vida Sana, Cábalas y Tradiciones, Mamás y Algo Más, Feminismo Hoy, Salud, Economía, Ciudad y Seguridad, en Revista Única. Además, soy colaboradora del programa de radio Cinco Mujeres en Cinco Radio. Coautora del libro “Crónicas de Puebla, 50 años”.

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