Gobiernos van y vienen y las áreas destinadas a las políticas de género se siguen utilizando como simples cargos de relumbrón, relleno o arietes según convenga al grupo político en el poder.
Las Secretarías de las Mujeres en Puebla sirven para colocarlas a “ellas” por orden de “ellos” sin que haya una real consciencia de respetar paridades y priorizar capacidades.
Y es que muchas amparadas en un feminismo que se usa como bandera transitoria de oportunismo político, se asumen como tales, cuando desconocen incluso los conceptos básicos que obligan a la construcción de políticas públicas enfocadas a las mujeres.
De pronto, los gobiernos en aras de otorgar empleo político, hacen nombramientos francamente desafortunados, cuando la exigencia de las mujeres en Puebla es frenar este tipo de prebendas.
Hace unos días, el gobierno del estado de Puebla, encabezado por Sergio Salomón Céspedes otorgó el nombramiento como subsecretaria de Transversalización de la Perspectiva de Género en la Secretaría de Igualdad Sustantiva a Laura Zapata Martínez.
En el comunicado gubernamental se dice de Zapata Martínez: “Una persona sensible, preparada y con la experiencia necesaria para coordinar esfuerzos que fortalezcan la implementación de acciones públicas transversales en materia de igualdad sustantiva. Así, se busca elaborar planes y proyectos con perspectiva de género dentro de las estructuras organizacionales del estado”.
La pregunta es por qué los gobiernos se mantienen como agencias de empleo para abrir espacios a quien sea y no a quienes verdaderamente tengan las capacidades.
La duda es si el gobernador Sergio Salomón recordará el pasaje tan desafortunado cuando Laura Zapata Martínez siendo titular del Organismo de Mujeres en el PRI de Puebla, fue nombrada Presidenta de la Comisión Nacional de Justicia Partidaria hasta donde llegó el caso que entonces enfrentaba el llamado Zar de la basura, Cuauhtémoc Gutiérrez involucrado en un aparente caso de trata de personas.
Laura Zapata sesionó con la línea dictada desde la dirigencia cupular, determinando sólo suspender los derechos partidarios del oscuro personaje, pero no expulsarlo.
La decisión fue sumamente polémica, tomando en cuenta que Zapata lideraba en Puebla el organismo de mujeres priistas.
El caso del Zar de la basura sigue siendo de los más desafortunados que se recuerdan en la época de gobiernos priistas.
La investigación sobre el tema la destapó el equipo de la periodista Carmen Aristegui. En ella se dio cuenta de una red de reclutamiento de jóvenes que daban servicios sexuales al entonces dirigente del PRI capitalino.
Los testimonios de las jóvenes denunciantes, destaparon una verdadera cloaca donde se narraron todo tipo de excesos que se cometían dentro de las instalaciones del tricolor.
Todo ello no bastó para que Zapata Martínez fuera contundente y aplicara la guillotina de la expulsión.
Estos capítulos son irrefutables en una carrera política donde siempre marcan este tipo de acontecimientos.
Ahora bien, Laura Zapata se ha vendido como especialista en género cuando este antecedente deja claro que cuando tuvo que actuar en contra de un correligionario, tratante de mujeres, simplemente lo exoneró.
Bienvenida la política de mujeres en Puebla.
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