Katya Echazarreta es una ingeniera y astronauta mexicana que ha alcanzado grandes logros en la exploración espacial.
Desde su infancia en Guadalajara hasta su histórico vuelo espacial, su camino ha estado marcado por el esfuerzo, la dedicación y la lucha contra los estereotipos de género.
En su infancia tenía grandes sueños y a los siete años, Katya Echazarreta se mudó a San Diego, California, donde su fascinación por las estrellas la inspiró a soñar con viajar al espacio.
Es una mujer valiente y entregada, logro superar obstáculos como las dificultades con el idioma inglés, ya que Katya no sabía nada del idioma al grado que los profesores querían obligarla a repetir el año. Pero ella desde muy pequeña demostró ser perseverante; finalmente logro entrar a la UCLA a estudiar ingeniería en electrónica y ahí tuvo que enfrentar la discriminación de sus profesores, quienes dudaban de su capacidad por ser mujer.
Posteriormente continuó como pasante en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en la NASA en donde le ofrecieron un puesto de tiempo completo y participó en misiones clave como el robot Perseverance y el equipo de apoyo en tierra de Europa Clipper.
Echazarreta se interesó en un programa de la organización sin fines de lucro Space for Humanity (S4H) en 2019, que tiene como objetivo llevar a personas comunes al espacio para experimentar lo que se conoce como «efecto perspectiva».
El «efecto perspectiva», también llamado «overview effect» en inglés, es un fenómeno psicológico que han experimentado astronautas al contemplar la Tierra desde el espacio. Al ver la fragilidad y la belleza de nuestro planeta desde esa perspectiva única, los astronautas han experimentado un cambio de conciencia que los inspira a buscar soluciones a los problemas de la humanidad y a desarrollar una mayor comprensión y respeto por el medio ambiente.
Katya Echazarreta solicitó participar en el programa en 2019 pero no recibió ninguna respuesta durante un año, finalmente recibió un correo en el que se le informaba que era semifinalista en el programa de Space for Humanity, participó entre 7,000 solicitantes.
En 2022, Katya hizo historia al volar al espacio en el cohete Blue Origin NS21, convirtiéndose en la primera mujer mexicana en hacerlo, una inspiración para las mujeres y niñas que aspiran a explorar las estrellas.
“Este vuelo te lo dedico a ti, México».
Esa es la frase que escribió Katya Echazarreta antes de abordar la cápsula que la llevaría a convertirse en la primera mujer mexicana en llegar al espacio.
Con 26 años y doble nacionalidad, también es la estadounidense más joven en superar la atmósfera terrestre.
«Quiero que veas mi historia, que veas todo lo que he hecho y sepas que si tú tienes este sueño, que si quieres hacer lo mismo que yo, tú puedes», señaló antes de su viaje.
Actualmente Katya trabaja en una reforma constitucional en México para desarrollar el sector espacial y está trabajando para crear una organización que apoya a jóvenes interesados en ciencia y tecnología, buscando brindar oportunidades para todos.
Su logro trascendental no solo quedó en los libros de historia, sino que también sirvió de inspiración para millones de niñas y niños en todo el mundo. Recientemente, Katya Echazarreta fue homenajeada al unirse a la colección «Role Models» de Barbie, junto con otras figuras destacadas como Celia Cruz, Frida Kahlo, Naomi Osaka y Lorena Ochoa.
El proyecto The Dream Gap y el Día de la Mujer
El lanzamiento de Katya Echazarreta como parte de la colección «Role Models» de Barbie tuvo lugar en el marco del Día de la Mujer, a través del proyecto The Dream Gap. Este proyecto, que inició en 2015, busca reconocer y rendir homenaje a mujeres inspiradoras de todo el mundo. La inclusión de Katya en esta colección es un paso más en la lucha por eliminar las barreras que limitan las aspiraciones de las niñas y, en cambio, promueve la idea de que pueden ser lo que quieran ser, sin importar el campo en el que deseen destacar.
El impacto de Katya Echazarreta como Role Model:
Katya, más que una simple muñeca astronauta, representa una figura real y tangible para las niñas. Su experiencia como astronauta es un testimonio de que los sueños pueden hacerse realidad con esfuerzo y determinación. Al tenerla como un modelo a seguir, las niñas pueden identificarse con ella y visualizarse en roles que históricamente han estado dominados por hombres.
El mensaje que transmite Katya a través de su muñeca Barbie es claro: las mujeres pueden ser líderes, exploradoras, científicas y astronautas. A través de su historia de éxito, Katya desafía los estereotipos de género y anima a las niñas a perseguir sus pasiones, sin importar cuán desafiantes puedan parecer.
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