Con eso de que en México somos bien cuates, ejercemos mucha política, pero poca administración. Lo digo porque las personas en un puesto financiero, aunque no son visibles y no salen en las fotos de actos de gobierno, siempre son colocados precisamente por quien detenta el “poder”.
Sin embargo, aunque pareciera que no lo tienen: el poder, generan redes que transitan de un color a otro, de una administración a la siguiente y así por largos años.
La profesionalización, los procesos de calidad y cuanto curso y norma habida y por haber revisen y apliquen, me parece que no es suficientes, ya lo comentado varias veces la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno del gobierno federal, Raquel Buenrostro Sánchez, los corruptos siempre encontrarán una puerta por donde entrar y delinquir.
Pero está acción no es sólo de quien propone un negocio o gana una licitación en los gobiernos; sino de funcionarios ávidos de bienes, dinero y finalmente poder.
Lo digo porque me ha tocado ver y vivir en diferentes dependencias de gobierno, que los titulares administrativos, los que manejan el dinero, sólo se pasan de un lugar a otro. Son como una especie de mafia o redes con las que se pueden comprar “conciencias”, “votos”, “risas y aplausos” y todo aquello que conlleve a mantenerse para vivir del presupuesto, porque vivir fuera de este es vivir en el error, dice el clásico.
Para no herir susceptibilidades, no diré nombres: pero recuerdo perfectamente como si fuera ayer, que en una dependencia donde se manejan las Finanzas, había un administrativo cuya novia gozaba del privilegio de ser jefa de departamento, por su puesto, en otra área para que le hicieran bullyng.
En otro organismo, que ahora se ubica en el Edificio de San Juan de Dios, había o hay una administrativa, ese es su perfil, que por ser cuñada de otro que estuvo en la dependencia de la gobernabilidad y paz social, la impulsó para ser Directora de Área, eso sí con escándalos internos de tranzas bien descaradas que nadie se atreve a denunciar porque se te viene encima todo el aparato burocrático.
Por cierto, ese cuñado, ha estado en puestos clave en el manejo de la lana en otros organismos de educación y no porque no, también en la oficina del titular del Ejecutivo, en años pasados.
Por cierto, tuve una compañerita –muy joven máximo tenía unos 25 años- pero como le gustaba o le gusta mucho el dinerito, aún vive, no se andaba por las ramas, una facturita por aquí otra por allá y así pasó de vivir con los suegros a construir su propia casa y viajar con toda la familia por el viejo continente y más.
Recuerdo otro caso, ese sí son palabras mayores: de hecho, lo acaban de ventanear en una columna de un personaje que canta o al menos conoce a la perfección el perfil psicológico de los funcionarios, sobre todo los administrativos en las Secretarías de Gobierno.
Nuestro último personaje es MA, ese cuate si es de grandes ligas. Actualmente, no faltaba más, se mantiene en un puesto administrativo y sabe hacer muy bien la chamba que demandan los patrones: compras de facturas para comprobar gastos, venta de vales de gasolina, facturas por composturas de automóviles, pero sólo en el papel, en los hechos no. Y como suele suceder la ha librado desde 2017, cuando el congreso del estado autorizó que se le investigará, pero nada, aquí seguimos “espelando” justicia dijera el chinito. MA no le ve pico al jarro, ha pasado dependencias estatales, ayuntamientos, organismos educativos y un largo etcétera.
Quien fuera la señora justicia para dar unos cuantos ejemplos, los poblanos estaríamos más que agradecidos, a los que mucha falta nos hace invertir en esos malditos baches, por decir lo menos.
@marumora7
