En la última semana el futbol mexicano ha tenido uno de sus momentos más trágicos de su historia. Los hechos de violencia en el estadio Corregidora de Querétaro, con castigos francamente cuestionables, entristecieron y mancharon la imagen de nuestro futbol. En este escenario, el día de ayer nuestro futbol perdió a uno de sus íconos, el exfutbolista y entrenador, Tomás “El jefe” Boy.
El Jefe Boy nació en la Ciudad de México en 1951, desde muy joven demostró talento para el futbol. Debutó en primera división con el Atlético Español en 1972 para que tres años después vistiera el uniforme del Atlético Potosino.
En 1973 paso a los Tigres de la UANL, equipo donde se convirtió en el máximo anotador, hasta que hace poco fue superado por Gignac donde termino de consolidarse y el resto es historia. Su buena técnica y liderazgo en la cancha, lo llevaron a convertirse en el capitán de la Selección Mexicana en la justa mundialista de 1986.
Debido a su liderazgo, fue apodado “El Jefe”, mote que usaría toda su carrera deportiva tanto como jugador como entrenador.
En 1988 se retiró de las canchas, para iniciar una exitosa carrera como entrenador técnico. Inició dirigiendo al San José Earthquakes de la entonces Western Soccer Alliance. Después de algunos años en aquella liga arribo a México para convertirse en uno de los directores más éxitos del futbol mexicano.
Dirigió al Tampico Madero, Querétaro, Veracruz, Monarcas, Monterrey, Puebla, Atlas, Cruz Azul, Chivas y por último en 2021 al Mazatlán F. C. Y aunque nunca logró un título de liga dejo un importante ligado en el futbol mexicano.
El día de ayer “El Jefe” había sido ingresado a un hospital, lugar donde murió víctima de una tromboembolia pulmonar. Con su muerte deja un gran vacío en el balompié nacional, vuela alto “Jefe” Boy.