La serie que reabrió viejas historias.
Con el estreno reciente de «Chespirito: Sin querer queriendo», el foco no sólo está en Florinda Meza, sino también en la mujer que lo acompañó en sus inicios: Graciela Fernández.
Graciela Fernández: su primer gran amor
Roberto y Graciela se conocieron cuando ella tenía 15 años y él 22. Pese a la diferencia de edad, su relación creció rápidamente y terminó en un matrimonio que perduró más de dos décadas.
Una familia junto a Graciela Fernández
Durante su matrimonio, la pareja formó un hogar numeroso. Tuvieron seis hijos: Roberto, Graciela, Marcela, Paulina, Teresa y Cecilia Gómez Fernández, quienes crecieron mientras su padre daba sus primeros pasos en el medio artístico.
El papel clave de Graciela en la carrera de Chespirito
Según la bioserie y el libro «Sin querer queriendo», Graciela fue una figura decisiva en los primeros años de la carrera del comediante. Su apoyo permitió que él se enfocara por completo en la televisión, medio que lo catapultaría al éxito.
Distancia emocional y nuevos rumbos
Con el paso del tiempo, la relación con Graciela se fue enfriando. Así lo relata el propio Gómez Bolaños en su autobiografía, donde admite que, mientras su matrimonio se debilitaba, su cercanía con Florinda Meza se intensificaba.
El divorcio y la discreción de Graciela Fernández
La separación se concretó en 1989, tras años de rumores sobre una posible relación entre el comediante y Meza. Lejos del escándalo, Graciela optó por mantener silencio y continuar su vida alejada de los reflectores.
Graciela Fernández: una despedida reservada
Graciela falleció el 26 de agosto de 2013. La noticia fue dada a conocer por sus hijos, quienes continuaron cerca de ella incluso después del divorcio de sus padres. Hasta el final, mantuvo su vida personal en privado, fiel a su estilo reservado.
Podría interesarte:
Belinda protagonizará la serie épica ‘Carlota’
amb