La vida suele respirar
felinamente agazapada
tras la enigmática mirada
fija y pagana de los gatos
que en copas silenciosas
del momento displicente
habitan con hilos forma gato
y con forma serena pero rápida
atraen de la aventura misterio
atados al cautivante negro que duerme
y pregunta por el entorno vacilante
rastreado entre medusas adivinas
o despojan al todo morir autónomo
al hacer sombra del dilatado blanco
ordenado entre pares y enfermos
como un pulir respuestas anheladas.
Es un par de soles tenerlos
y son madrugadas breves
esos cuerpos dotados de maravilla
que asimilan y limpian males.
Respiré algunas veces ese negro
dotado de ágiles despojos
y caminé por las enredaderas
con su vibrante significado
y siempre pregunto si del blanco
penderán esos eróticos afanes
con que felinamente haces girar
al mundo que ya defines felina.
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