De cara a la pandemia de #COVID-19, en México se observan dos grandes discursos.
Uno, proveniente del gobierno federal que se mueve con extrema cautela que intenta no alarmar ni exagerar para, según dice, no paralizar la actividad social y sobre todo económica del país.
El otro discurso es el social. El emitido por las universidades públicas y privadas, empresas, organismos empresariales y medios de comunicación en el sentido de actuar mucho más drásticamente para evitar masificar los contagios.
En ese contexto vemos hoy la portada unificada de la mayoría de los periódicos locales en Puebla, tras un acuerdo en el propósito de persuadir a nuestros lectores de cuidarnos entre todos.
Así vimos calles vacías en la semana anterior y muy escasa presencia de personas en la calles.
Desde hoy, por ejemplo, la BUAP no tiene actividades salvo las esenciales. El rector Alfonso Esparza ha informado la suspensión de actividades hasta nuevo aviso.
¿Cuánto durará esta emergencia en el país? Mínimo un mes y quizá hasta tres. Es decir, es probable que entre mayo y junio pueda ir volviendo cierta normalidad en la actividad en el país.
En diversos círculos corrieron rumores de que este fin de semana se presentaría una presencia del virus altamente peligrosa, lo que preocupó sobre manera a ciudadanos.
Vemos expresiones muy fuertes de organismos empresariales como la Coparmex y del Consejo Coordinador Empresarial con fuertes críticas hacia las políticas aplicadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien de manera personal insiste en ignorar la Sana Distancia recomendada por la OMS y promovida por el gobierno de AMLO.
Esa ambivalencia, esa dicotomía discursiva entre el sector público federal y el ciudadano obliga a exigir rigurosidad en el análisis del gobierno federal sobre los riesgos reales y las acciones a implementar para reducir los riesgos en México.
Urge además que el presidente asuma de una vez por todas una postura responsable que palidece y se ve como una broma frente a los discursos de presidentes de España, incluso Estados Unidos y El Salvador, quien decidió emitir acuerdos para beneficiar a las familias tres meses sin pago de impuestos, créditos y muchos pagos más.
Este lunes comienza la Jornada Nacional de Sana Distancia que determinó el gobierno federal durante un mes en el propósito de reducir la posibilidad de contagios, pero sin duda parece una medida insuficiente y tardía ante la velocidad y fuerza de la epidemia.
Desde los corrillos:
Comerciantes establecidas del Centro Comercial Angelópolis están muy preocupados y molestos porque la administración de la plaza los está obligando a mantener abiertos sus negocios a pesar de la contingencia por el #COVID_19.
Han intentado negociar con el Administrador Enrique Valdez para plantearle la posibilidad de cerrar unos días para proteger a sus colaboradores pero el contrato los obliga a abrir pese al aislamiento necesario.
Sin embargo, la respuesta ha sido la amenaza de hacer válidas las cláusulas de sanción establecidas en el contrato de arrendamiento que considera penalizaciones monetarias a sus establecimientos.
Gracias y nos leemos mañana.
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