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Fácil y difícil

Es fácil hablar del cuerpo si se mira el espejo, se camina entre gente, se piensa en la novela, película, historia, o se imaginan personas aglutinadas por tema, color, sexo o imágenes, relaciones y entidades, incluso desconocidas como la familia.

Es difícil si al hablar del cuerpo se piensa en paradojas, pues cuerpear ya no implica congregar sino disipar, evitar la reunión y preferir la fuga, no mirar espejos sino voltearlos, caminar por la intimidad, sin testigos, fuera de expresiones o interpretaciones, difuminar colores, rostros, miradas, incluso emociones, como las del llamado yo.

Es fácil tener sexo si se nombran apropiadamente acercamientos, olores que hidratan la cabeza, besos que dilatan los ídolos, aceleraciones que hacen crecer el corazón, posiciones que llevan a la luna a cambiar de posición, terminaciones que el sol recuerda al terminar de salir después de la espera agotadora.

Es difícil sexualizar porque el cuerpo elimina al sexo, quita las caricias y la simple urbanidad del acercarse, pues los acercamientos son alejamientos que contrastan, se huele la historia y la pasión es comparativa, la imaginación imagina a los ídolos si besan, la violencia torna los cuerpos en batallas y glorias, los corazones se desunen para formar esas simplezas, las que luego se trasladan en días enteros, de veinticuatro horas con semanas enteras de mes y locura.

Es fácil ver abejas y columpiar el amor de la mejor miel de tus labios, cercenar la vida para tenerte, hacer amarres para abrazarte, disputar al alba tu ser, denominarte de cerca y tocarte esa piel serena y tibia.

Es difícil cuando al abejear llegas a Marte y pasas por entre todas piernas, tocas cuantos pechos se esconden y cuantas caderas se dibujan frente a tus ojos, que han dejado de mirar para apasionadamente acallar los tonos y convertir la palabra en los colmillos precisos para hundir las piles que se cruzan en las tinieblas.

Es fácil si de la simpleza equilibras la dificultad del desequilibrio difícil. Entonces el miedo fácil se construye el rosario difícil cuyos diamantes son las sorpresas difíciles de suscribirlas con facilidad y rezarlas. ¡Vaya el amor fácil que se siente y vive difícil!

Mi correo es ricardocaballerodelarosa@gmail.com

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