Su nombre de deriva de un milagro: Eduardo Merlo
Este tercer Viernes de Cuaresma se venera la imagen del Señor de las Maravillas.
El arqueólogo Eduardo Merlo, comentó que la imagen del Señor de las Maravillas, toma su nombre tras un milagro muy conocido.
Explicó que la imagen tallada en madera, data del siglo XVII y la historia narra que en ese entonces una mujer humilde, visitaba a su marido que estaba encarcelado en la prisión cercana al Templo de Santa Mónica. La señora todos los días le llevaba los alimentos a su esposo, debido a que en ese entonces no se les priporcionaba alimentos a los presos.
El maestro Eduardo Merlo, explicó que en la cárcel había un hombre muy pobre, que nadie le lleva comida, por lo que se compadeció y también le compartía alimentos.
«La mujer se dio cuenta que había un preso que no recibía comida, al parecer no tenía familiares y pedía un poco de comida. La mujer comenzó a llevarle comida de forma discreta».
El marido salió en libertad y ella continúa llevando alimentos al preso.
No faltaron quienes se dieron cuenta se está situación y acusaron a la mujer con su marido, suponiendo que la señora tenía una relación amorosa con el preso.
«El esposo siguió a su señora, al salir esta de la casa con su canasta de comida, le salio a su encuentro y le preguntó molestó que llevas ahí. La señora espantada contestó voy a ver al Señor de Santa Mónica y le llamo flores de Maravillas. El hombre incrédulo le arrebato la Canasta y le quito la servilleta y grande fue su sorpresa al ver las flores de Maravilla» destacó Merlo Juárez.
El arqueólogo prosiguió con su relato, informando que la señora confesó la verdad a su esposo y éste se dio cuenta del gran milagro del Señor de las Maravillas, el cual se dio a conocer en toda la comunidad y desde entonces es una de las imágenes más veneradas de nuestra ciudad de Puebla.
El maestro de Eduardo Merlo agregó que la imagen Señor de las Maravillas fue creada como parte del Viacrucis de Jesucristo. La imagen fue donada el templo de San José, sin embargo debido a que ya se contaba con una imagen, el párroco la rifó entre los fieles y fueron las religiosas del templo de Santa Mónica quienes se ganaron la imagen y muy emocionada lo llevan a su convento, junto con dos figuras más de soldados romanos que acompañan la imagen de Jesús.
Eduardo Merlo destacó que la historia narra que las monjitas hacían guardia por las noches para venerar al Santísimo y una noche una de ellas escuchó ruidos como golpes y quejidos por lo que se le comunicó a la madre de superiora. A la siguiente noche las dos religiosas hicieron guardia y al escuchar los mismos ruidos se asomaron a la capilla donde estaba la imagen y fue grande su sorpresas al descubrir que los soldados de madera y la imagen de Jesús tomaban vida. Y los romanos golpeaban la imagen del Jesús tirado en el suelo.
«Se armó un revuelo en ese entonces, las religiosas dieron a conocer a sus superiores y a los católicos esta situación por lo la muchedumbre se enojó y llegaron hasta el convento se llevaron a la fuerza las figuras de los soldados y las quemaron en la plaza principal de San José». Desde entonces se resguardó la imagen del Señor de las Maravillas que es una de las imágenes más veneradas de católicos tanto poblanos, nacionales incluso extranjeros.