Para su época era un acto totalmente revolucionario, su obra fue inspiración para las mujeres que deseaban sobresalir en todos los sentidos, y buscar además de independencia económica, un lugar para desarrollar sus talentos. Debido a la época firmaba con el seudónimo EH Gould. Me refiero a la escritora de “Mujercitas” Louisa May Alcott, obra que ha sido llevada en reiteradas ocasiones a la pantalla grande y que fue publicada en 1868.
Hoy he querido hablar de esta escritora por dos razones: primero porque considero que pese a los avances en materia de igualdad y equidad aún existe cierta resistencia para permitir que las mujeres seamos plenamente respetadas, y ahora como en ese tiempo, la represión hacia el sexo femenino era el sometimiento, actualmente este pacto patriarcal que se da en la sociedad, continúa una línea muy visible, se proclaman leyes, se discute, se hacen eventos, pero una política profunda en la que se haga conciencia para no repetir patrones ni estereotipos de género es todavía una materia pendiente y no sólo por las autoridades, sino por la sociedad misma.
En este sentido, en lo personal me gustan las historias que provoquen cierto despertar en el lector, la reacción que ustedes como leyentes tengan- pues en cierta forma al leerlas después de tantos lustros habremos de reivindicar el quehacer de escritoras, como ella.
La otra razón por la que hoy decidí hablar de Louisa May Alcott es porque recientemente un académico estadounidense, aseguró haber encontrado “siete cuentos, cinco poemas y una obra de no ficción” de esta autora, escritos a finales de la década de 1850 y principios de 1860, antes de su obra más conocida que es la de “Mujercitas”.
Max Chapnick, señala una nota del portal infobae en referencia al artículo del diario The Guardian, que “The phantom”, así se llama uno de los textos inéditos, tenía “muchas” pistas que apuntaban a May Alcott, apellido que la autora creó al unir el apellido de su madre seguido por el de su padre, un orden que no es casual teniendo en cuenta su formación como librepensadora y su compromiso feminista, antiabolicionista en el Estados Unidos conservador y puritano.
“Siguiendo el hilo de ese primer hallazgo, Chapnick encontró en la misma base de datos otras historias de Gould que también contenían pistas: el apellido de un personaje principal era Alcott; el título de una pieza de no ficción era The Wayside, nombre de la casa de Concord, en Massachusetts, donde Louisa vivió a los 13 años con su familia”.
“Nació precisamente en este mes un 29 de noviembre de 1832 en Pensilvania, Estados Unidos; hija de Abigail May, una de las primeras trabajadoras sociales remuneradas del Estado de Massachusettes; y de Amos Bronson Alcott, un filósofo feminista. Tuvo tres hermanas: Anna, Lizzie y Abigail criadas en los parámetros de la autoemancipación, Louisa abrazó la literatura como vocación, estilo de vida y como una salida de la pobreza”.
“Mujercitas” ha inspirado a cientos de miles de lectores en el mundo y se han producido versiones audiovisuales a granel; pero Louisa May Alcott tiene muchos otros libros no tan conocidos, como “La herencia”, “Mal humor”, “La llave misteriosa”, “Bajo las lilas”, “Jack y Jill” e “Historias proverbiales”; además de cuentos infantiles e historias de terror.
Nunca se casó -en sus diarios habla de “una amiga de los días lluviosos”- y durante la Guerra de Secesión fue enfermera voluntaria. Allí se contagió fiebre tifoidea y murió el 6 de marzo de 1888, a los 55 años, intoxicada con el tratamiento con mercurio que le aplicaron para curarla.
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