En un inesperado giro, el príncipe Harry de Inglaterra y su esposa Meghan anunciaron este miércoles que se apartarán de la familia real británica y dejarán sus funciones como miembros de alto rango de la institución.
En un comunicado difundido por el Palacio de Buckingham, la pareja explicó que planea «forjar un rol nuevo y progresista dentro de la institución».
Además, los duques de Sussex señalaron que dividirán su tiempo entre Reino Unido y Norteamérica y que tienen la intención de ser «financieramente independientes».
La decisión llegó tras «meses de reflexión y debate interno», añadió la pareja en el comunicado, que también fue compartido en su página de Instagram.
«Tenemos la intención de dar un paso atrás como miembros senior de la Familia Real y trabajar para ser financieramente independientes, al tiempo que seguiremos apoyando totalmente a Su Majestad la Reina».
«Es con su apoyo, particularmente en los últimos años, que nos sentimos preparados para hacer este ajuste».
El pasado octubre, Harry y Meghan revelaron públicamente sus problemas para lidiar con la atención de los medios.
Entre dos continentes
Sobre sus planes de dividir el tiempo entre Europa y América, los duques escribieron:
«Este equilibrio geográfico nos permitirá criar a nuestro hijo con un aprecio de la tradición real en la que nació, al tiempo que nos dará como familia el espacio para centrarnos en el siguiente capítulo, incluido el lanzamiento de nuestra organización caritativa».
Durante el receso navideño, la pareja se tomó un descanso de los deberes reales para pasar tiempo en Canadá con su hijo, Archie, nacido el 6 de mayo del año pasado.