El gusano barrenador del ganado, conocido científicamente como Cochliomyia hominivorax, representa una de las plagas más peligrosas para la ganadería en América. Este insecto parasitario ha sido causa de enormes pérdidas económicas en países de clima tropical y subtropical, y ha generado tensiones diplomáticas y comerciales, especialmente entre México y Estados Unidos.
Antecedentes
El gusano barrenador es la larva de una mosca que deposita sus huevos en heridas abiertas de animales de sangre caliente, incluyendo el ganado, los cerdos, y en algunos casos incluso los humanos. Al eclosionar, las larvas se alimentan de tejido vivo, lo que causa infecciones graves, pérdida de peso, infertilidad e incluso la muerte del animal si no se trata a tiempo.
Durante el siglo XX, la plaga fue endémica en gran parte de América Latina y el sur de Estados Unidos, pero gracias a una campaña binacional encabezada por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) y gobiernos latinoamericanos, se logró erradicar del territorio estadounidense en 1982 y más tarde de países como México, Belice y Panamá, mediante el uso del método del insecto estéril. Este consiste en criar millones de moscas estériles en laboratorio y liberarlas para que compitan con las fértiles, reduciendo así la reproducción.

¿En qué consiste la plaga?
El ciclo de infestación inicia cuando la mosca adulta encuentra una herida en un animal y deposita allí sus huevos. A las pocas horas nacen larvas que se introducen en la carne viva, alimentándose de los tejidos. Esta infestación, conocida como miasis, causa un sufrimiento severo al animal, así como la degradación de la calidad de la carne y la leche. Además, puede facilitar otras infecciones, ya que las heridas se agravan con el movimiento de las larvas.
El tratamiento implica antibióticos, desinfección y, en casos extremos, eutanasia del animal afectado. La prevención requiere medidas constantes de vigilancia y control, incluyendo trampas, vigilancia veterinaria y campañas de educación para los productores.
Implicaciones económicas
Las pérdidas económicas provocadas por el gusano barrenador son multimillonarias. Se estima que antes de su erradicación en EE.UU., la plaga generaba costos anuales de más de 750 millones de dólares por pérdidas directas en ganado, tratamientos veterinarios y controles sanitarios. En países con presencia activa del gusano, los costos se multiplican por la menor productividad ganadera y el cierre de mercados internacionales que exigen estatus sanitario libre de la plaga.
México, por ejemplo, invierte cientos de millones de pesos al año en mantener su estatus libre de gusano barrenador, especialmente en la frontera sur, donde existe el riesgo constante de reinfestación proveniente de Centroamérica.

La situación con Estados Unidos
En los últimos años, Estados Unidos ha manifestado preocupación por el riesgo de reintroducción del gusano barrenador debido a casos detectados en países vecinos o por movimiento irregular de animales y mercancías. Esto ha generado tensiones con México y otros países centroamericanos, ya que una infestación podría tener consecuencias catastróficas para la industria ganadera estadounidense.
Para evitar esto, ambos países han reforzado la cooperación bilateral a través del Programa Binacional México-EE.UU. contra el Gusano Barrenador del Ganado, que opera una barrera biológica en Panamá mediante la liberación masiva de moscas estériles, considerada la última línea de defensa del continente.
Estados Unidos financia gran parte de este programa, ya que considera que proteger la región de América Central es clave para su seguridad sanitaria. Sin embargo, en momentos de tensiones políticas o presupuestarias, la continuidad del programa ha sido puesta en duda, lo que preocupa a los productores ganaderos de ambos lados de la frontera.
En Conclusión, el gusano barrenador es más que un problema veterinario; es un asunto de seguridad económica y sanitaria. Su control requiere vigilancia constante, cooperación internacional y fuerte inversión en ciencia y prevención. El caso del gusano barrenador demuestra cómo una pequeña criatura puede tener un enorme impacto geopolítico y económico cuando se descuida la sanidad animal.
También podría interesarte:
Sheinbaum destaca beneficios del T-MEC tras nuevos aranceles de Trump